La literatura es un puñado de con estallido tardío. Futuro. Ya lo verificó un poeta: La poesía es un arma cargada de futuro.
El mismo año que Eliot se estrenó como poeta con Prufrock, se estrenó también como empleado del Lloyd’s Bank de Londres, la ciudad a la que había llegado tres años antes. Atrás habían quedado Saint Louis (Missouri), donde nació en 1888, y Harvard, donde se había doctorado en filosofía. El hombre que trabajaba de 9.30 a 16.30 y almorzaba en el Baker’s Chops House lidiaba a tiempo completo con la mala salud mental de su esposa, Vivienne Haigh-Wood, y con su propia fragilidad nerviosa. En 1920, comenzó a componer un largo poema titulado provisionalmente He Do the Police in Different Voices (“Hace de policía con distintas voces”). Pronto cambiaría los ecos dickensianos por los del mito celta de la hambruna y la devastación y pasaría a ser La tierra baldía. LA TIERRA BALDÍA (SUS TRADUCCIONES) April is the cruellest month, breeding / Lilacs out of the dead land, mixing / Memory and desire, stirring / Dull roots with spring rain. (T. S. Eliot, 1922). Abril es el mes más cruel: engendra / lilas de la tierra muerta, mezcla / recuerdos y anhelos, despierta / inertes raíces con lluvias primaverales. (Agustín Bartra, 1977). Abril es el mes más cruel, hace brotar / lilas en tierra muerta, mezcla / memoria y deseo, remueve / lentas raíces con lluvia primaveral. (Juan Malpartida, 2001). Abril es el más cruel de los meses, pues engendra / lilas en el campo muerto, confunde / memoria y deseo, revive / yertas raíces con lluvia de primavera. (Andreu Jaume, 2015).

Culminada en Suiza durante una cura de reposo y reelaborada después de que Ezra Pound —mentor con 37 años de un Eliot de 34— la podase drásticamente de elementos confesionales y pirotecnia vanguardista, la obra se convirtió en el gran fresco de una época acelerada en que la naturaleza dio paso definitivamente a la “basura pétrea” de la ciudad moderna. “Toda la gran poesía urbana del siglo XX tiene una raíz inevitablemente eliotiana”, apunta Andreu Jaume, que recuerda un comentario del poeta: “Varios críticos me han hecho el honor de interpretar el poema en términos de una crítica al mundo contemporáneo; de hecho lo han considerado como una importante muestra de crítica social. Para mí supuso solo el alivio de una personal y totalmente insignificante queja contra la vida; no es más que un trozo de rítmico lamento”. Réquiem por un mundo destripado en el campo de batalla y a la vez testimonio de un matrimonio tormentoso, La tierra baldía se edita tradicionalmente acompañada de las notas con las que el propio autor aclara las muchas referencias eruditas que contiene: del Grial a Baudelaire, de Dante al tarot. Lo que empezó siendo una sugerencia del primer editor estadounidense del libro para engordar su volumen terminó convirtiéndose en un lastre. Andreu Jaume habla incluso de “pistas falsas”: “El mismo Eliot se arrepintió de haber orientado así la lectura. Cuando acepta incluir esas notas está aceptando que el poema no puede entenderse sin ellas. Eso es una revolución brutal. porque nunca antes se había admitido que un poema no pudiera leerse de forma autónoma. Y es falso. La tierra baldía puede disfrutarse por su propia intensidad estética. Ha sido interpretado como un poema mistérico, pero lo puede entender cualquier lector moderno porque habla de un ser que ha perdido su relación con la divinidad”.

A esa lectura autónoma ha querido contribuir Jaume con su traducción, más pendiente, dice, del “control de los acentos” que del “contoneo de las sílabas, que no produce, en sí mismo, ningún efecto”. De ahí que frente al popular arranque “Abril es el mes más cruel”, Andreu Jaume haya optado por: “Abril es el más cruel de los meses, pues engendra / lilas en el campo muerto, confunde / memoria y deseo, revive / yertas raíces con lluvia de primavera”. Otro asunto es el título. La solución empleada por Joan Ferraté en catalán —La tierra gastada— le parece quizá la más acertada porque acerca “el original waste a su fuente etimológica del francés antiguo, donde the waste land es le gaste pays de Chrétien”. Pero “gastada”, se resigna, ha perdido en castellano la “pristinidad” que conserva el “waste” inglés. Antes de convertirla en libro en 1977, Ferraté desgranó su Lectura de ‘La terra gastada’ en un seminario al que asistió Antoni Marí. “La tesis de Ferraté es que ese poema retrata una cultura decadente, gastada, cuyo sedimento ha quedado envenenado por los gases de la Gran Guerra”, recuerda el poeta y filósofo ibicenco, quien hace tres años rastreó en el volumen Matemática tiniebla (Galaxia Gutenberg) la genealogía de la poesía moderna que surge con Poe y culmina en Eliot tras pasar por Baudelaire, Mallarmé y Valéry. “Eliot sintetiza la tradición romántica y la simbolista —de la mano de Laforgue— para abrirla a lo imposible de pensar en poesía”, explica Marí. “Ningún otro poeta ha tenido tanta influencia”. Félix de Azúa, también filósofo, aunque “expoeta”, abunda en la importancia de La tierra baldía: “Lo sigo teniendo como uno de los más grandes poemas del siglo XX y solo cercano a algunas de las Elegías de Rilke. Debemos leerlo cada año para averiguar si ha cambiado el Tiempo porque nos proporciona una herramienta cósmica de juicio”. Jaime Gil de Biedma, devoto de Eliot, dividía a los escritores entre aquellos que preferían La tierra baldía y los que optaban por los Cuatro cuartetos, otra obra cumbre, publicada en 1943, en medio de una nueva guerra y con el poeta convertido ya en ciudadano británico. Se nacionalizó a la vez que ingresaba en la Iglesia anglicana. Suele decirse que la generación del 50 —la de Gil de Biedma— prefería los Cuartetos y la de los novísimos, La tierra baldía. Azúa, incluido por Castellet en su famosa antología, explica que en su caso es cierto: “Sin duda. Los Cuartetos son un gran conjunto de momentos deslumbrantes, pero no forman unidad. Son desiguales y extremadamente intelectuales. Son poemas filosóficos, como los de la baja latinidad. La tierra, en cambio, es un poema tan sólido, coherente y articulado como las Coplas de Manrique y además de una emoción inmediata; es un poema carnal. A mí me gusta particularmente su atmósfera de fresco medieval. Como si Giotto pintara calles con autobuses y señores tomando aperitivos”. Por eso celebra la versión de Andreu Jaume: “Por fin tenemos la traducción al español exacta, elegante y profunda que exige este poema”. Vertido al castellano por ilustres como León Felipe, Vicente Gaos, José María Valverde, el mismo Gil de Biedma, Claudio Rodríguez, José Emilio Pacheco, Juan Malpartida o Jordi Doce, T. S. Eliot atraviesa la literatura occidental como poeta, pero también como crítico y editor. Andreu Jaume, que también se ocupó de sus ensayos en el volumen La aventura sin fin (Lumen, 2011), subraya su importancia al frente de la colección de poesía de Faber & Faber, la editorial en la que recaló tras abandonar el Lloyd’s Bank: “El primer poeta que descubre es, en 1927, nada menos que Auden; el último, en 1957, Ted Hughes, cuyas Cartas de cumpleaños [dirigidas a su esposa, Sylvia Plath] fueron en 1998 el último best seller poético de Europa”. Consagrado por el Nobel en 1948, Eliot llegó a recitar en EE UU ante 15.000 personas. Ni su muerte en enero de 1965, hace ahora medio siglo, apagó su influencia. Faber & Faber, donde trabajó hasta el final, se salvó en 1980 de la quiebra cuando su segunda esposa accedió a una petición del compositor Andrew Lloyd Webber: convertir en opereta los poemas infantiles de su marido. Fue así como El libro de los gatos habilidosos del viejo Possum, escrito para los hijos del dueño de la editorial, terminó convertido en un musical llamado Cats. ARCHIVADO EN: Cultura T. S. Eliot Félix De Azúa James Joyce Rainer María Rilke César Vallejo Poetas Poesía Libros Literatura

El poema tierra baldía nos da una visión aparentemente fragmentada, compuesta por retazos, a la manera de un collage. El primer envión nos se ofrece con escenas yuxtapuestas, casi como si el poema no tuviera sentido. Algo similar a lo que aparece en las obras de Robert Rauschenberg. Sólo que compuesto cincuenta años antes, tal vez en consonancia con el dadaísta Kurt Schwitters. Pero construido con palabras, y no menos que con ellas, para parafrasear a Lihn. Es un ritmo. Una cadencia que comienza ya desde el primer verso: April is the cruelest month… Luego, sucesivamente, el poema envuelve al lector capturando la actitud receptiva por variación. Lo prosaico se congela. Ofrece un avance a través de un nuevo intersticio. Sin la característica de lo cotidiano, la que caracteriza mundo de todos los días. Desde el plano connotativo se corresponde a la subjetividad de la fragmentación que aluden a la fragmentación social y a las incongruencias de constitución vertebradas en el prójimo hacia la tendencia aprensiva de la otredad. La dispersión a falta de la empatía hace curso en la inevitable congruencia de una humanidad unilateral.
como recurso estilístico el refuerzo de la significatividad desde el fondo y la forma poética girando alrededor de la integración de las imágenes empleadas. El fluir constante de mágenes quebradas: un manojo de imágenes rotas en que el sol golpea/ y el árbol seco no da cobijo ni consuela al grillo/ni mana agua de la seca piedra (…)
Pocos años antes de La Tierra Baldía, y a propósito de imágenes rotas, Eliot había
escrito en Preludes:
«Apartaste una manta de la cama
te echaste de espaldas y esperaste;
dormitaste y contemplaste la noche que revelaba las mil imágenes sórdidas
de que tu alma estaba hecha».
Mil imágenes sórdidas –que brotan del vacío y el dolor del hablante en el caso de La Tierra Baldía–, tan bien representadas en su carencia que hasta un poeta con ojo crítico como Enrique Lihn pareció confundirse, creyendo que en Eliot, “todo era mecánico”. Y en un cierto sentido lo era, pero en tránsito. Imágenes rotas, como la vida, como el desierto de las ciudades, las soledades de entonces y de ahora. Eso quiebra también nuestras preocupaciones cotidianas en un primer momento. La actitud se ha vuelto otra. Luego, las sucesivas oleadas de lo leído y lo propio
En el recurso del lector modelo que culmina completando las inferencias con las imágenes entregadas promueve la actitud de comenzar a “ver” intuitivamente, desde lo ¹lúdico lo que el poema nos entrega.
Después de esta impresión inicial, el poema se va aclarando; si préstamos especial vista
de las notas que Eliot escribió al final de La Tierra Baldía. Sin embargo, el poema, en un
cierto sentido, se sostiene por sí solo. Ello no implica, sin embargo, que posteriormente con las observaciones de las notas pueda ser considerablemente enriquecido: siguiendo, entre otros, el camino del Rey Pescador y su travesía desde la tierra baldía de su reino
hasta la paz final. En efecto, en un primer momento, el inicio de la constitución del objeto estético no contiene el reconocimiento del papel que juega el Rey Pescador o incluso Tiresias, pero sí
aparece directamente la fuerza de las palabras mismas. Eliot señaló alguna vez que ponía una palabra rica al lado de una pobre para lograr un contrapunto musical : A heap of broken images, where the sun beats,/ And the dead tree gives no
shelter, the cricket no relief,/ And the dry stone no sound of water(…).»
La metáfora expansiva dentro de la lírica de Eliot entrega la certidumbre respecto ni lo cual el eczema adentro de los planos artísticos. Gran caudal de ejemplos de la misma estirpe vox populi desde distintos productos estéticos confiriendo el eczema abril como tópico concomitante, otrora leimotive:
De Fito Páez a Prince se han inspirado en abril ¿Qué tiene de especial este mes?
Una lista con las canciones que le hacen oda al cuarto mes del año
Abril era el segundo mes del año en el antiguo calendario romano, antes que el Rey Numa Pompilio añadiera a enero y febrero alrededor del 700 AC. Los antiguos romanos le llamaban Aprilis en latín.
Es un mes en el que se celebran acontecimientos relevantes como el nacimiento de Leonardo Da Vinci o Shakespeare, o la fundación de Roma o que se haya completado el genoma humano, entre muchas otras cosas.
Para nosotros simplemente es un mes más de esa larga transición entre el inicio y la mitad de año; sin embargo, desde hace años y hablando desde el campo musical, abril se ha convertido en un mes especial.
No sabemos qué pasa con este mes, pero es inspiración permanente de canciones en todos los géneros y desde todas las historias.
Abril, otra vez, para que no tengamos soledad../ Bello Abril – Fito Páez y Spinetta./ ¿Quién me ha robado el mes de abril? – Joaquín Sabina. April Come She Will – Simon & Garfunkel. «Noche de abril». Zamba. » «Justo a los catorce abriles
te entregaron a las farras
las delicias del gotán;
te gustaron las alhajas,
los vestidos a la moda
y las farras de champagne.» Tango. «La lluvia de un abril
que fue un arrullo de canción,
que vio la noche aquella enamorada.» Tango Especialmente en abril de Joan Manuel Serrat ( nota de esta marmota: queda exento de ser conmemorado y congratulado el verso de la canción La incondicional: de Luis Miguel: » bella como el sol de abril, absurdo el día en qué soñé …. Psttt… Alusión al Hugo reidor: hágase la mina advertencia en carencia misma y paparruchada con quien ocupa de la burla al sotreta: Arjona. Símil Luismi… Ando a lot Chayanne,
