Escritora, redactora y editora del lado infra literario opuesto a la revistilla del montón* – palabras de René Wellek y Austin Warren en su obra " Sobre la Teoría Literaria". Editora en el sitio Masticadores Sur
Por todas partes surge ahora una ola de poetas vigorosos cuya época, unas veces con entusiasmo y otras con burla, se llamó «Sturm und Drang (Tormenta y Arrebato). He aquí los dramaturgos de hinchado estilo, cuyo héroe es el «individuo» capaz de sostener el mundo sobre sus hombros; poetas que muchas veces vienen a confundir lo natural con lo chabacano, la libertad artística con la falta de disciplina. En primer lugar el silesiano Heinrich Wilhelm von Gerstenberg (1737- 1823), para el cual la sucesión de cuadros terroríficos lo es todo, desdeñando la acción y aun la composición artística. Más tarde el báltico Jakob Michael Reinhold Lenz (1751-1792), arbitrario, falsamente vehemente en sus dramas, conmovedoramente ingenuo en la lírica, se gastó muy pronto y acabó loco. Y por último el rebelde Friedrich Maximilian von Klinger (1752-1831), de Francfort, que perseguía a toda costa lo excesivo y perturbador. De él dijo Wieland que «bebía la sangre de los leones y devoraba carne cruda». Junto a esto, poemas tormentosos, nacidos sobre todo de la pasión política, apuntan contra los tiranos: unas veces el ebrio cantor del libertinaje individual, Wilhelm Heinse (1746-1803), cuya jugosidad plebeya crea obras más importantes cuando canta la soberanía del cuerpo y la vida de los instintos; otras Friedrich Leopold Stolberg (1750-1819), traductor de Osián, de Platón, de Esquilo, de Homero y de San Agustín, uno de aquellos socios entusiastas de la federación del «Hain», de Gotinga, que eligen como patrón a Klopstock, queman solemnemente el retrato de Wieland, organizan bailes para hombres solos, a la luz de la luna, en torno al roble de la Federación y con el corazón hinchado de entusiasmo se prometen la fidelidad de los bardos teutónicos.
En Württemberg, Christian Schubart (1739-1791), temperamento desenfrenado, pasó muchos años encerrado en una fortaleza, purgando la audacia de sus cantos a la libertad. Él transmite su ardor al único creador verdaderamente genial del «Sturm und Drang» revolucionario, el joven Schiller, que escribió en secreto el drama «Los bandidos» y en él expresó los anhelos de esta generación, una titánica protesta con fondo pesimista, impregnada de crítica a la sociedad y de culto al héroe; y en lugar de perderse en vana fraseología personajes de carne y hueso y crea los convierte en símbolos de algo eterno: Franz Moor es la encarnación de la rebeldía del hombre señalado por su propia naturaleza y por el destino y Karl Moor, una síntesis de la pretensión humana de juzgar al mundo fatalmente condenada al fracaso.
Iffland protagonizando al Franz Moor de Los bandidos, de Schiller.
También en los idilios corre ahora una sangre más fresca. Johann Heinrich Voss (1751-1826), de Mecklenburgo, conocido por su traducción de Homero y como poeta-pintor del Palatinado, en vez de la galantería pastoril nos presenta campesinos de verdad, mientras que en las escenas de género del pintor Müller la naturaleza vive casi sensual y auténticamente como en el «Sueño de una noche de verano», de Shakespeare. En la lírica, Gottfried August Bürger (1747-1794), de Halberstädt, halló el verdadero tono popular: de su «Leonora» arranca la balada, tan característica de la poesía alemana. Al lado de Bürger, Ludwig Hoelty (1748-1776) se entrega a sueños más o menos osiánicos en romances agridulces, mientras que Johann Heinrich Jung-Stilling (1740-1817) ablanda los corazones con novelas empapadas de místico pietismo, y su amigo y afín, el zuriqués Johann Kaspar Lavater (1741-1801), fisiógnomo, hace progresar el sentido del perfil de la personalidad, pero en su manía de individualizar lo exagera todo místicamente, pues en ninguna parte encuentra caracteres cerrados, rotundos; y aun a veces, llevado de su fe en los espectros, y a pesar de toda su agudeza fisiognómica, se deja engañar por bribones como Cagliostro. Pero a pesar del lirismo como base de todos los géneros literarios, sólo dos hombres alcanzan un valor duradero: Johann Peter Hebel (1760-1826), autor del calendario «El amigo del hogar renano», que, como una fuerza de expresión concreta y sonriente, crea en su dialecto el verdadero arte de la patria; y Matthias Claudius (1740-1815), cuya prosa rimada y estrofas cantables están llenas del vigor de la tierra y de honda piedad religiosa. Uno y otro personifican del modo más puro lo que Herder concibió como poesía popular, lo que él mismo no fué capaz de crear.
Friedrich Maximilian von Klinger, según un grabado de Fragmentos fisiognómicos, de Lavater.
Federico García Lorca (1898-1936) Lo mataron, como en una coreografía, junto a una hilera de olivos. El tiempo, pese a sus muchos laberintos, no ha conseguido acallar el eco de los disparos desnudos. Acaso no haya otro escritor en castellano que sume una escenografía tan bárbara: poeta, gay, vanidoso, genial, señorito andaluz, teatrero, celebrity, víctima […]
Octavio Paz (1914-1998) ocupa un lugar privilegiado entre los fundadores de la poesía hispanoamericana. La recepción del Gran Premio Internacional de Poesía (1963), el Premio Cervantes (1981) y el Premio Nobel (1990) suponen un reconocimiento y a su vez un modelo para las generaciones posteriores. El mismo apoyará a los nuevos poetas prologando la antologia Poesía en movimiento.
Su trayectoria lírica se puede resumir en tres fases: búsqueda e indagación, encuentro y plenitud y, finalmente, regreso y revisión del pasado que resume en el acertado título de su último poema <<Respuesta y reconciliación» (1996). En el existencialismo vivido como angustia por encontrar sus raíces, culmina esta primera búsqueda de la palabra poética (1933-1961). Libros esenciales en este momento son Salamandra y Libertad bajo palabra (integrado por obras anteriores). Los limites entre el final de esta etapa y la siguiente son discutibles, especialmente si tomamos en cuenta poemas como «<Piedra de sol» y «<Blanco», semejantes en cuanto al propósito y diferentes respecto a las conclusiones y la ejecución. Aún así, si consideramos la propia opinión de Paz, la segunda etapa estaría marcada por su viaje a la India en el que culmina el encuentro y plenitud de la palabra poética (1962-1969). Ladera Este, Hacia el comienzo, Blanco, Topoemas, El mono gramático configura este momento. Finalmente (1971-1996) su poesía avanza hacia lo nostálgico y más claramente autobiográfico (Vuelta, Pasado en claro, Árbol adentro, Poemas. 1989-1996). La iniciación poética se nutre de sus propias lecturas en la biblioteca de su abuelo, Ireneo Paz, bien surtida de escritores franceses y españoles y de historia mexicana. Por aquel tiempo el grupo aure es Contemporáneos, en cuya revista lee a Cuesta, Villaurrutia, Pellicer, Gorostiza… y más adelante a T. S. Eliot, Paul Valéry, Ezra Pound, etc.
Con apenas diecisiete años publica sus primeros poemas en el diario El Nacional y en la revista Barandal y Cuadernos del Valle de México. Su lírica se consolida con la publicación de un cuadernillo, Luna Silvestre (1933), de tono neorromántico. La conciencia política marca la evolución poética: al terminar en la UNAM sus estudios de Derecho se traslada a la península de Yucatán, donde crea una escuela para hijos de obreros y campesinos. En apoyo de la República española escribe «¡No pasarán!» (1936), producto de su pensamiento político y social. Acompañado de su mujer, Elena Garro, es invitado a participar en el Congreso de Escritores Antifascistas en Valencia, posiblemente a través de Rafael Alberti, a quien había conocido en una lectura poética. Al llegar a Paris, según recuerda, «me encontré en el andén con Pablo Neruda, que me esperaba […] estaba Louis Aragon. Esa misma noche me encontré al otro polo de Neruda: Vallejo». En Valencia conversa con Vicente Huidobro, Antonio Machado, Luis Cernuda, Manuel Altolaguirre, Ramón Gaya, etc. Intelectuales cuya amistad consolida en México. A su regreso pasa por París, donde Carpentier le presenta a Robert Desnos, bien su enlace con el surrealismo en este momento es superfluo. Impactado por la guerra redacta Bajo tu clara sombra y otros poemas sobre España (1937). Su actividad poética se completa con las conversaciones mantenidas con Jorge Cuesta y Xavier Villaurrutia, al tiempo que con Efraín Huerta y Rafael Solana, entre otros, funda la revista Taller (1938), previamente citada.
Su voz más personal se encuentra en la poesia erótica de los poemarios iniciales: Raíz del hombre (1937), Entre la piedra y la flor (1941) y A la orilla del mundo (1941), recopilación que inicia una de sus constantes: la continua modificación de sus libros poéticos. Esta reflexión en torno a su propia obra indica el dinamismo con que él mismo contempla su producción al eliminar algunos poemas, y reconstruir o añadir otros. En estos primeros libros inicia un erotismo telúrico, ligado a la naturaleza, al paisaje y a los que llama «<poetas solares»>, una <<vanguardia lúdica» bajo la influencia de Pellicer (Stanton 2002).
Su encuentro con Villaurrutia se percibe en el <<Nocturno»>, característico de su predecesor, así como los hermosos sonetos <<Crepúsculos de la ciudad». Una lírica que aún puede calificarse de neorromántica, pero en la que surge la imagen de vanguardia, originada en la violencia de una angustia «aire asesinado»- que se hace pre sente en su deambular («<Adiós a la casa»>, <<Se ven PM>>, <<La calle>>):
«Sombra, trémula sombra de las voces Arrastra el río negro mármoles ahogados. ¿Cómo decir del aire asesinado, de los vocablos huérfanos, cómo decir del sueño?»
En Itinerario (1993), Paz evoca su periodo formativo: <<Avidez plural: la vida y los libros, la calle y la celda, los bares y la soledad entre la multitud de los cines. Descubríamos a la ciudad, al sexo, al alcohol, a la amistad»> y añade «<Leíamos los catecismos marxistas de Bujarin y Plejánov para, al día siguiente, hundirnos en la lectura de las páginas eléctricas de La gaya ciencia o en la prosa elefantina de La decadencia de Occidente…»
Tras recibir la beca Guggenheim (1944), es en- viado a París como diplomático (1945). Tiene la oportunidad de adherirse al surrealismo en contacto con Benjamin Péret y André Breton. Amigo de Albert Camus, desde 1939 comienza a alejarse del marxismo a causa del pacto nazi-soviético Del movimiento de vanguardia conserva su deseo de originalidad, su deseo de gravitar hacia lo contemporáneo rodeado de la polémica, atrapado por el valor del instante. Él mismo declara: <<En mi caso, el redescubrimiento de los poderes de revelación del surrealismo fueron, ya que no una respuesta a mis preguntas, sí una vía de salida>> (Itinerario).
Por Elvira Martínez Ropero Sección: En FemeNILO Miércoles, 7 de diciembre. 2022 LA MENSTRUACIÓN Los egipcios tenían claro que la sangre era parte del ciclo que permitía a las mujeres ser fértiles y que apareciera mensualmente indicaba que no se había producido un embarazo. Consideraban que en el embarazo no se menstruaba porque la sangre […]
El antecedente más concreto de la masonería se sitúa en la Edad Media en los canteros alemanes, las campañas de masones y el arte de construir de la época. El sentido de las asociaciones libres que se manifiesta en el régimen monacal. Los abades trazaban los planos y dirigían la construcción, que comenzaron para los grandes edificios a incorporar la colaboración de obreros, pintores, escultores, artistas… que en periodos largos de la construcción establecieron estrechas relaciones e intercambios de conocimientos.
El arte de la arquitectura iba imponiendo una especial sensibilidad y unos conocimientos que los maestros desearon enseñar como un arte Real en el seno de sus corporaciones. Las reglas, las relaciones matemáticas, la ordenación artística, la talla de la piedra, comendador a enseñarse en Logias, talleres de trabajo, en los que, en su alrededor existían habitaciones que por las largar duraciones de las construcciones, se convertían en auténticas colonias de convivencia.
Se considera como fundador de la Logia al abat Wilhelm von Hirschan (1000-1091) que había sido el maestro de la Logia de San Emmoran en Regensbourg.
En el siglo XIII ya se conocen Logias de picapedreros, independientes de los conventos, unidas entre sí, formando una corporación de afiliados del oficio del arte con signos especiales de reconocimiento.
En los adeptos a las cofradías comienzan a utilizarse distintivos de los maestros que trabajan la piedra, que es el medio de expresión del simbolismo. Los números, los colores, la cuerda con nudo, y otros símbolos, comienzan a utilizarse como referencia a su sociedad secreta, con otros símbolos más extraños, profundos y representativos de auténticas formas arquetípicas.
Es a finales del siglo XIII y a principios del XIV, cuando se inician e intensifican los movimientos migratorios de canteros alemanes creándose un flujo e intercambio de obreros y artesanos de la construcción de esos grandes edificios, entre Inglaterra, Escocia y Alemania. Así surgen las cofradías de esos obreros que llegaron a construir la masonería inglesa.
Es en Inglaterra dónde se obtiene uno de los documentos históricos masónicos de mayor importancia en ese período que se denomina «Masones operativa» – The Old Chárter -: «Los Viejos Deberes».
Marilyn Monroe es una de las grandes leyendas que ha dado Hollywood al mundo. Además de su peculiar y exuberante belleza, la encantadora actriz ni aún después de su muerte dejó el halo de misterio que envolvió su vida privada. Alrededor del símbolo sexual más famoso de todos los tiempos que forma parte del imaginario popular estadounidense, […]
La dictadura comenzó en el país en marzo de 1976 y dos meses más tarde, García inauguraba su banda La máquina, como respuesta casi inmediata al Proceso. García había disuelto su banda Sui Generis en 1975, luego de muchos problemas con la censura. Su nuevo grupo, La máquina de hacer pájaros, produjo dos discos. El […]
Norma Jeane Baker nació en 1926 en Los Ángeles. Parecía predestinada a triunfar en Hollywood desde el principio, aunque sus primeros años ya fueron azarosos, al nacer en el seno de una familia en la que el padre abandonó a la madre con ella embarazada.
Su madre la llamó Norma porque su actriz favorita era Norma Talmadge, una de las grandes estrellas del Hollywood de la época del cine mudo. Todo seguía apuntando a su futuro en la meca del cine. Pero comenzó como modelo, dada la imagen tan atractiva que tenía y que enamoraba a la cámara.
A mediados de la década de los 40 comenzó en el cine, al principio con pequeños papeles, hasta que en 1953 se consagró con su papel en Niágara. A partir de ahí, su carrera al estrellato fue meteórica. Su vida personal era también una montaña rusa, con varios matrimonios fallidos y un desgaste que comenzó a notar a finales de los 50, cuando comenzó a sufrir diversos problemas de salud.
De todos son conocidos los rumores de amoríos de Marilyn Monroe con con los hermanos Kennedy, su volcánica personalidad y la atracción que por ella sentían productores, directores y compañeros de profesión.
La cuestión es que la vida de Marilyn, mejor dicho Norma Jeane, se fue torciendo de tal manera que acabó falleciendo en 1962 con tan sólo 36 años por una sobredosis de barbitúricos. Se truncaba así la vida de una de las actrices más adoradas del cine, que sin embargo tuvo una carrera muy corta. Lo suficiente para dejar una huella imperecedera en la cultura popular y en la mente de todos sus fans, que muchas décadas después siguen recordando a la actriz rubia más impactante de todos los tiempos. Marilyn era una lectora empedernida que leía a Alberti y a Lorca, con muchas caras diferentes y una vitalidad contagiosa que sin embargo acabó siendo derrotada por su fama y por la presión de un mundo que muchas veces castiga a los más dotados por el simple hecho de ser eso, gente con talento.
Marilyn Monroe no era ajena a las fotos, pero la mayoría de la gente nunca la vio en privado. Hay muchas imágenes de ella, al fin y al cabo es uno de los rostros más populares de la historia del entretenimiento. Pero hoy hemos decidido ofrecer a nuestros lectores un regalo visual, reuniendo algunas fotos de la actriz que no son tan conocidas. Aquí puedes ver fotos de la sirena relajándose en casa, probándose trajes y perdiéndose en un libro. Esperamos que disfrutes tanto viéndolas como nosotros hemos disfrutado recopilándolas. Esperamos también que te sorprendan y que te hagan ver más allá de la mujer que impactó al mundo tras hacer un buen puñado de buenas películas. Porque Marilyn era mucho más que eso.
Hay problemas de definición que impiden estimar el porcentaje exacto que corresponde a la raza blanca en la Argentina, pero la cifra debe estar por encima del 90%. Esta realidad ha cultivado el sentimiento de superioridad que lleva a los argentinos a creerse europeos y no latinoamericanos. Sin embargo, el desarrollo político y económico del pais no ha correspondido a esta autopercepción un tanto exagerada y como consecuencia, ha generado un profundo sentimiento de inseguridad.
Una característica, de profundo impacto en la vida política, es el excesivo individualismo que proviene, en gran parte, de la obsesión con el sentido de la dignidad personal propio de las culturas latinas. El comportamiento agresivo para manejar (durante años no existieron señales de tránsito en Buenos Aires), el rechazo por la disciplina de esperar turno en una cola y un estilo futbolístico que exalta el brillo individual y la improvisación en detrimento del juego de equipo, son algunas de las manifestaciones de esta tendencia. Cada argentino, no sólo tiene sus propias ideas políticas, sino que está convencido de la sabiduría irrebatible de las mismas. Como resultado de ello rechazan la posibilidad de compromiso y tienden hacia extremismos retóricos y y de comportamiento. Estos factores, unidos a la enfermiza suspicacia que los argentinos tienen por sus compatriotas, limita dramáticamente la viabilidad de las instituciones democráticas y conlleva una predispo posición hacia formas autoritarias de gobierno.
La Pampa
El aislamiento geográfico es otro elemento clave que condiciona le psique argentina a traves de dos factores alienantes. El primero es la distancia tremenda que separa a la Argentina del resto de la civilización occidental. La ciudad de Buenos Aires está situada a más de 9.000 kilómetros de Nueva York y casi a 11.200 kilómetros de Paris. Los argentinos tienen una tendencia a percibir Europa y Estados Unidos, través de una lupa que distorsiona la importancia tanto de los acontecimientos como de las opiniones, lo que produce en ellos la perdida de perspectiva y reacciones paranoicas cuando los extranjeros los critican o los ignoran. El segundo es el sentido de soledad que impone la intensidad de la Pampa. El porteño se siente aislado al borde de una llanura inculta y alejado de los centros culturales y del poder; por su parte, el y habitante del campo se encuentra perdido en la chatura de la pampa interminable. El resultado es una sensación de impotencia y fatalismo, de tristeza y frustración, temas que el tango a menudo insinúa en sus estrellas.
Ligada a esta soledad espiritual de las argentinos hay una profunda sentimentalidad. Los argentinos aman al débil y al fracaso Algunos de los políticos más venerados fueron en su época perdedores que lucharon infructuosamente por ideales imposibles.
Por ejemplo; El cantor de tangos Carlos Gardel, quien fuera victima de un accidente fatal de aviación en 1935, sigue siendo un idolo cuya popularidad aumenta. (De Gardel se dice: «Cada día canta mejor.» Su tumba, situada en el cementerio de La Chacarita, está siempre adornada con flores de sus leales admiradores. Una estatua de tres metros de alto, en pose y sonriente, lo presenta listo para irrumpir con una canción y tiene siempre un clavel natural en la solapa.
Este poderoso mosaico de sentimientos, combinado con ciertos aspectos perversos del catolicismo mediterráneo, produce una preo ocupación casi maniática cercana a la necrofilia, respecto a la muerte. Es costumbre argentina celebrar homenajes y servicios especiales en los aniversarios de fallecimientos, los funerales han constituido grandes momentos de la historia argentina y la controversia sobre el retor no de los restos de Rosas que descansan en Inglaterra, es aún una amarga disputa que divide a los argentinos
Una fisonomía digna de tener en cuenta es el valor que los argentinos asignan a las apariencias. El aspecto personal, con frecuen cia, es considerado como indicativo de la clase social de cada cual y por lo tanto el argentino (y especialmente el porteño) dedica cuidado su atención a su atuendo. El arreglo meticuloso es endémico. Ciertos giros del lenguaje preñados de formalidades corteses que a menudo parecen excesivas a los extranjeros son parte esencial del ritual social. Juan Perón fue indudablemente un fenómeno argentino sólo
La Diversidad De La Ciencia son las conferencias Gifford presentadas por Carl Sagan en 1985. Sagan murió en 1996 sin publicar estas conferencias, pero diez años después de su muerte, su esposa Ann Druyan ha decidido recopilarlas en el presente libro.
Como se sabe, Carl Sagan no era religioso; pero aportó mucho al estudio de la religión. Y, tal como el título original de su obra sugiere, Sagan enaltece a la ciencia por encima de la religión. Sagan dedicó toda su vida a refinar la manera en que podemos conocer el mundo, y a expurgar supersticiones y creencias religiosas. Sagan nunca se atrevió a negar la existencia de Dios, pero sí hizo célebre la consigna según la cual los alegatos extraordinarios requieren evidencia extraordinaria. Y, puesto que la religión hace alegatos extraordinarios, Sagan habría esperado evidencia extraordinaria como requisito para aceptar las creencias religiosas. Sagan nunca encontró evidencias a favor de las creencias religiosas. Por ende, murió como un agnóstico.
En «La diversidad de la ciencia», Sagan se propone evaluar algunos de los argumentos y supuestas pruebas más comunes a favor de la existencia de Dios, pero concluye que esos argumentos son demasiado débiles como para ser tomados en serio. El argumento según el cual el orden en el universo es prueba de que Dios existe no le resulta convincente, pues a juicio de Sagan, así como hay mucho orden en el universo, también hay mucho caos: un Dios diseñador no crearía tanto caos. El argumento según el cual fue necesaria una primera causa en el universo, y esa causa es Dios, tampoco convence a Sagan: en estimación de Sagan, si todo tiene una causa, inmediatamente debemos preguntar, ¿cuál es la causa de Dios? El argumento según el cual la conducta moral es explicable sólo en función de un legislador y juez divino tampoco es aceptado por Sagan: a juicio de Sagan, la teoría de la evolución de Darwin explica perfectamente bien la ventaja adaptativa de la conducta moral, de manera tal que no es necesario invocar a Dios para explicar por qué somos buenos con los demás.Sagan tuvo mucho más interés por las creencias en ovnis y encuentros cercanos del tercer tipo, y de eso se ocupa sustancialmente en La diversidad de la ciencia. A su juicio, en nuestro mundo secularizado, la obsesión con los extraterrestres se ha convertido en una nueva forma de religión.
Allí donde el hombre medieval se preocupaba por las brujas, ángeles y demonios, el hombre del siglo XX empieza a preocuparse más por marcianitos, abducciones e invasiones extraterrestres. Sagan nunca desestimó la posibilidad de que haya vida extraterrestre. En continuidad con el astrónomo Frank Drake, Sagan consideraba que al calcular el número de estrellas en nuestra galaxia, la fracción de esas estrellas con planetas, la fracción de esos planetas que son habitables; la fracción de esos planetas habitables con vida; la fracción de planetas con vida que tienen vida inteligente; la fracción de planetas con vida inteligente que desarrollan tecnologías de telecomunicación; y el tiempo de duración de una civilización, podemos ser moderadamente optimistas de que algún día hagamos contacto con una civilización extraterrestre. No obstante, el hecho de que, hasta ahora, no hayamos hecho contacto con otra civilización extraterrestre condujo a Sagan a pensar que, quizás, las civilizaciones tienen un corto periodo de duración, y eso explica por qué no encontramos otras civilizaciones en el universo. En vista de ello, Sagan muestra una gran preocupación por nuestra autodestrucción, y a ello dedica una de las conferencias recopiladas en La diversidad de la ciencia.
Si bien Sagan era muy escéptico de las creencias religiosas, al menos como científico sí estaba dispuesto a forjar una alianza con las instituciones religiosas con el propósito de proteger el ambiente y prevenir la extinción de nuestra especie.Si bien Sagan siempre se mantuvo abierto a la posibilidad de establecer contacto con civilizaciones extraterrestres, reconoció que hasta ahora, nunca se ha hecho contacto con seres extraterrestres. Una de las más coloridas conferencias presentadas en La diversidad de la ciencia se propone evaluar los testimonios de personas que alegan haber encontrado vida extraterrestre. Con la suspicacia escéptica que tanto lo caracterizó, Sagan desmonta relatos sobre abducciones y platillos voladores. Sagan admite que la mayor parte de los casos investigados no son fraudes deliberados, sino más bien alucinaciones o ilusiones condicionadas por expectativas previas. Un caso muy simpático reseñado por Sagan es el de unos pilotos de aeronave que, en la noche, observaban unas luces en el horizonte hacer giros espectaculares y viajar a gran velocidad. Los pilotos reportaron que, sin duda, debía tratarse de una nave extraterrestre. En realidad, era una luciérnaga atrapada entre las ventanas de la cabina del avión. Casos como éste revelan que muchas veces vemos lo que queremos ver. Y, Sagan recomendaba estar atentos de no proyectar sobre el mundo aquello que deseamos o esperamos. Carl Sagan fue uno de los más grandes comunicadores científicos del siglo XX. Su serie Cosmos es una obra maestra de compromiso con la divulgación científica. El tema de las creencias religiosas no fue central en Cosmos, o en los libros de Sagan. Y, en ese sentido, La diversidad de la ciencia es una muy pertinente publicación, pues es una de las pocas obras de Sagan centradas exclusivamente en la religión.
EL BARROCO es una estética que logró unir a la reflexión el impacto de la emoción sensorial. En consecuencia consigue una agresión sensorial y emocional sin piedad. Quiénes no puedo soportarla, la rechazan y proclaman así su propia limitación.
Durante los siglos XVI hasta finales del siglo XVIII se vive en Europa una época social en gran medida representada por la depresión y la angustia, en la que el hombre parece haber perdido el ímpetu, la vitalidad y la confianza propia de la etapa anterior, el Renacimiento. Pero, entre la profunda crisis religiosa, política, económica, social y cultural, surge un nuevo orden en varios planos y corrientes: el Barroco. En este artículo hablamos acerca de 9 de los artistas y autores del Barroco que debes conocer.
El Barroco, el Siglo de Oro del arte
El arte barroco es, en todos los terrenos, un arte de lucimiento. El artista barroco utiliza sin medida todos los recursos a su alcance, ignora el temor de caer en el artificio, se lanza deliberadamente al ‘horror vacui’, nunca tiene miedo de «saber demasiado». Es por ello que en esta época existen tantos artistas reconocidos que destacaron en distintos ámbitos del arte: pintura, escultura, literatura, arquitectura, teatro…
Miguel de Cervantes (1547-1616) Es considerado el mayor escritor de lengua española de la historia. Su influencia en la lengua española es muy grande, tanto que a veces se denomina a este idioma “la lengua de Cervantes”. Escribió la denominada primera novela moderna, El Quijote, un clásico de la literatura universal y uno de los máximos trabajos de ficción jamás escritos.
Lope de Vega (1562-1635) Uno de los máximos exponentes del Siglo de Oro de las letras en España, junto con Cervantes y Calderón de la Barca. Reinventó el teatro español y logró poner este arte como un fenómeno cultural popular. Es uno de los más prolíficos autores de la historia de la literatura universal, con más de 500 obras teatrales y más de 3.000 sonetos. Fuenteovejuna o El perro del hortelano figuran entre sus obras más destacadas.
Caravaggio (1571-1610) Michelangelo Merisi da Caravaggio fue un pintor italiano considerado el primer exponente de la pintura barroca. Utilizaba figuras religiosas y hacía uso de las luces y las sombras a la perfección, lo que le llevó a ser uno de los mejores pintores de la historia. Entre sus obras imprescindibles están: La Anunciación, La vocación de San Mateo, Baco, David con la cabeza de Goliat o La incredulidad de Santo Tomás.
La Anunciación, Caravaggio, 1608
Rubens (1577-1640) Pedro Pablo Rubens fue un pintor muy destacado de la escuela flamenca. La utilización de los colores como dinamizador de las expresiones supuso un antes y un después en el transcurso de la historia de la pintura. Entre sus obras destacan Saturno devorando a sus hijos, Las tres Gracias o El rapto de las hijas de Leucipo.
Saturno devorando su hijo, Rubens, 1636
Bernini (1598-1680) Gian Lorenzo Bernini destacó principalmente en escultura pero también lo hizo en arquitectura y pintura. La forma de expresión y la caracterización psicológica que daba a sus figuras, así como la utilización del movimiento en sus obras, le hizo el máximo exponente de la escultura barroca. Entre su repertorio se encuentran obras como El rapto de Perséfone, David o Éxtasis de Santa Teresa.
Van Dyck (1599-1641) Van Dyck, discípulo de Rubens es, junto a Rembrandt, uno de los pintores más representativos de la escuela flamenca. Su principal cometido eran los retratos, aunque también pintaba sobre la mitología y la religión. Destacan entre sus obras Carlos I de Inglaterra con atuendo de caza, La coronación de espinas o El abate Scaglia.
Velázquez (1599-1660) Diego de Velázquez fue uno de los pintores más importantes del arte español de todos los tiempos, tanto que es conocido como “maestro de la pintura universal”. Su estilo se distingue por lo personal, por la utilización de la naturaleza y el uso del tenebrismo. Entre sus obras, destacan Las Meninas, El triunfo de Baco, La rendición de Breda o Venus del espejo.
La rendición de Breda, Velázquez, 1635
Calderón de la Barca (1600-1681) Este escritor español continuó la base del estilo teatral iniciado por Lope de Vega. Posteriormente fue considerado como uno de los mejores escritores de teatro Barroco español. La vida es sueño o El alcalde de Zalamea son sus obras más representadas.
Rembrandt (1606-1669) Otro pintor de la escuela flamenca, seguramente el mejor pintor holandés de todos los tiempos y uno de los pintores más importantes de la historia. Su aportación forma parte de la Edad de Oro de la pintura, donde destacó tanto en la pintura como en el grabado. Entre sus obras destacan El retorno del hijo pródigo, Lección de anatomía del Dr. Nicolaes Tulp o El rapto de Europa.
Lección de anatomía del Dr. Nicolaes Tulp, Rembrandt, 1632
Un género se define siempre con relación a los géneros que le son próximos TORODOV TZVETAN.
Lo fantástico lo extraño y lo maravilloso poseen elementos sobrenaturales se distinguen por sus límites genéricos:
En los relatos extraños los hechos narrados encuentran, hacia el final, una explicación racional que niega la condición sobrenatural de lo acontecido. Aquello que en un principio parecía escapar de las leyes de la razón, por parte de los personajes o del narrador.
En los relatos maravillososno se intenta explicar el mundo posible narrado ya que, los hechos narrados se apartan absolutamente de la realidad; hechos que se apartan de la porque todo responde a una lógica distinta.
Lo fantástico se ubicaría precisamente en el espacio intermedio de lo maravilloso. incluso lo fantástico puro es difícil de dilucidar, no específicamente es un género evanescente.
La condición de los fantástico: la experiencia de lo fantástico nunca tiene lugar desde el comienzo del texto. El mundo en que se expone la narración, desde el inicio, es coincidente con el en que se mueve el lector: características fuera de la cotidianeidad. En un momento, sin embargo, irrumpe un hecho que no puede explicarse por las leyes de ese mundo familiar.
Esa erupción del fantástico en un universo que, hasta hace unos instantes era perfectamente reconocible produce en que no percibe una sensación de incertidumbre. Esa sensación surge de no saber que explicaciónla aceptación de que el hecho es verídico, y por lo tanto las leyes que rigen la realidad son diferentes de las que se pensaban y resultan en desconocidas.
La sensación de incertidumbre o vacilación es lo que define el género fantástico. Precisamente lo fantástico ocupa el tiempo de esa incertidumbre. En cuánto se elige una de las dos respuestas, se deja el terreno de lo fantástico para entrar en un género vecino: lo extraño o lo maravilloso
en la mayor parte de los textos el personaje que se enfrenta al hecho sobrenatural evidencia signos de duda ante lo que ve y la consecuente opción a tomar entre las dos explicaciones. Sin embargo, el lector también identificarse con ese sentimiento, ya que lo fantástico implica una manera de leer demandante: se demanda determinada actitud el lector, tiene que entrar en el juego integrarse en el mundo de los personajes. Un lector que no cumpla con ese pacto de lectura corta de mediato con la condición de lo fantástico.
Subvertir la realidad
una de las características nucleares de los fantásticos radica en la amenaza de lo fantástico para con la realidad: la subversión de la realidad. Se disuelven todos los sistemas de orden temporal espacial y filosófico; se quiebran las nociones unificada del personaje: lenguaje y la sintaxis se vuelven incoherentes. A partir de este cuestionamiento, denominado el fantasy permite un cuestionamiento una ventanaundamental de un orden social.
Todas las categorías realistas de subvierten en la fantástico: lo real se vuelve irreal; lo conocido, desconocido lo visible, invisible. La fantástico se rebela contra las convenciones que se aceptan como posibles y las vuelve imposibles. Por lo tanto este género, perturba las representaciones de lo real.
A diferencia de los mundos secundarios de la maravilloso en los que se construyen realidades alternativas, los mundos sombríos de lo fantástico no construyen nada. Son vaciedad pura, vacilación, disolución, incertidumbre, interrogación dilapidaria. Lejos de satisfacer el deseo, estos espacios lo perturban porque insisten sobre la ausencia, la falta, lo no visto y lo invisible.
La literatura fantástica ha sido abordada desde distintas perspectivas psicoanaliticas. Uno de los teóricos adeptos al tema fue Sigmund Freud quién, en 1919 publicó su trabajo LO SINIESTRO.
SINIESTRO es el término español con que suele traducir se la palabra inglesa Uncanny y el vocablo alemán unheimlich. Aunque último debe remitirse para comprender el sentido inquietante, “perturbador” que Freud posee del siniestro.
El alemán HEIM significa hogar; y de allí deriva adjetivos ‘heimlich’ y ‘heimisch’, que remiten a lo íntimo y familiar confortable. Freud le atribuye otra connotación a nivel de significado: íntimo, secreto, misterioso, oculto. Así ‘heimlich’ puede aludir aquello que busca mantenerse en secreto, oculto en la mirada de los otros. Por lo tanto el antónimo, ‘unheimlich’ siniestro refiere a algo inquietante espeluznante que afecta las cosas conocidas y familiares provocando pavura.
Lo siniestro perturba al transformar lo familiar en desconocido y, además al revelar zonas de la realidad que deberían permanecer fuera de la vista. En la interpretación psicoanalítica de Freud, esto se relaciona con lo que una sociedad reprimen y, por lo tanto constituye un tabú.
Freud Hoffman y el hombre de arena.
Freud analiza una serie de ejemplos literarios.
El aspecto nuclear de los siniestrosa lo inanimado como posible ser viviente.
Este tema está presente en el relato del escritor alemán Hoffman, El Hombre De Arena que Freud analiza con detenimiento. En este texto aparecen por un lado, un objeto inanimado que cobra vida y un ser que se vuelve absolutamente perturbador para el personaje. Ese ser es un hombre que comienza a adquirir los rasgos y la conducta de El hombre de arena, personaje real con quién su madre lo amenazaba de niño para que se fuera a dormir. Este es un equivalente al hombre de la bolsa con el que se atemoriza a los niños en algunas regiones de Argentina, pero el personaje tradicional europeo no se lleva las criaturas sino que les arroja arena en los ojos y luego se los arranca.
El ser inquietante, El Hombre De Arena revela al protagonista una serie de visiones que los demás no tienen; con la adición de amenazarlo con la privación de sus ojos induciendolo a la locura.
Lo siniestro Freud sobre la percepción a través de la mirada
Esta teoría considera que puede existir un vínculo entre el órgano de la visión y ciertos deseos o temores inconscientes del hombre. Allí se encontraría aquello reprimido que retorna para perturbar al hombre del relato.
#Cada suspiro es como un sorbo de vida del que uno se deshace.
<<La gente se muere dondequiera. Los problemas humanos son iguales en todas partes.»
«Nada puede durar tanto, no existe ningún recuerdo por intenso que sea que no se apague.»
«Pero los caminos de ella eran más largos que todos los caminos que yo había andado en mi vida.»
«Siempre anduve paseando mi amor por todas partes, hasta que te encontré a ti y te lo di enteramente.»
«No te enamores nunca, porque duele; duele aquí donde la gente dice que tenemos el corazón.»
«Me gustas más cuando te sueño… Entonces hago de ti lo que quiero.»
La ilusión? Eso cuesta caro. A mí me costó vivir más de lo debido.»
FOTÓGRAFO…
El don de gentes de Tarsicio Valencia y la generosidad de los hijos de Juan Rulfo hacen posible la publicación de estas espléndidas fotografías tomadas por el gran escritor mexicano. Las imágenes captadas llevan la impronta de la sensibilidad rulfiana, y transmiten la misma poesía y hondura, la misma emoción y la atmósfera de sus narraciones literarias. De tal manera que salvada de antemano la barrera idiomática, este libro puede llegar a tener un alcance más amplio que las prosas rulfianas, y convertirse en el mejor canal para llegar al México que amó y narró.
Son fotos de una sencilla composición, que captan escenas cotidianas y espontáneas. Fotos de estudio e inteligencia, todas transparentan la emoción más conmovedora, la idea que se torna visible. Allí las almas se exteriorizan y encarnan sus quejas, sus abandonos, sus ilusiones rotas. La patria verdadera está curtida de estoicismo; seca y árida, adusta y grave. Los paisajes se tragan las construcciones humanas, las torres de iglesia apenas prolongan las altas columnas de pencas y cactus, los muros de piedra se difuminan en pedreros desmoronados y en arenales, los arcos no sostienen techos, las cúpulas se desfondan, y por eso mismo se abren verdaderamente al cielo; una larga avenida de ahuahuetes levanta un suntuoso templo, y en él asienta su huella por un instante el Señor de la luz. Un tronco seco yace en la playa y en su esqueleto repercute aún el mar que lo ha traído, el oleaje y el vaivén.
Rulfo captó en esas fotografías el alma de las cosas y las gentes. Observad esa mujer-penca, ese hombre-burro, esas maternidades indias. Cada rostro una historia, una gesta. Esos grupos de mujeres que son como variaciones de un tema bíblico o de un mito griego. Esa ternura con los niños. Observad ese “Último Refugio” y ese gato en la puerta de la cantina. Eternamente Hades-Plutón. ¿Habéis visto una mejor alegoría del cansancio que ese hombre y los nopales, inclinados para un lado y para el otro, solos ante la gran montaña? ¿Y habéis visto la tenacidad tan al rompe como en ese mazo suspenso, en ese trazo de hombre que lo sostiene y lo dirige, con este techo triangular al fondo y ese rústico pilón en primer plano? ¿Y podéis sentir la soledad de ese pastor y su ganado bajo la inmensa bóveda, ante la vasta cordillera?
Una profunda melancolía parece brotar de esas imágenes. En esos rostros y personas, en esas calles y portones, en esas plazas y esas veredas deambulan los personajes rulfianos con la mayor verosimilitud. Esa muchachada dormida, con las manos sobre el vientre, ¿duermen bien, está angustiada; se duele de una violencia, anhela otra plenitud; sonríe levemente, hace una suave mueca de dolor? Todo al tiempo, como Susana, como la musa rulfiana, como el amor imposible. ¿Y no véis pasar siglos de historia entre esos arcos y esos pórticos del tiempo colonial y los humildes indiecitos que se sientan a su vera? Cada foto una novela posible, la historia volcada en una presencia elocuente, sus trazos legibles en un golpe de vista. Son fotos de concepto. Sustantivos abstractos que por fin se cosifican y se hacen patentes.
Mencioné el cansancio y la tenacidad, pero Tarsicio mostrará muchas otras criaturas visualizadas y hechas visibles por Rulfo.
Este libro mostrará de manera nítida que Rulfo era tan grande fotógrafo como escritor, que su estilo narrativo corresponde a un estilo de observar y de sentir, a un punto de vista suigéneris acerca de la realidad. Fotos y relatos llevan la marca de fábrica de su amor insobornable por la nación y el hombre mexicanos. Y la facilidad para captar el acontecimiento metafísico –el espejo de una pasión, el chispazo de una emoción, la tensión de una espera- en las escenas y circunstancias más inmediatas, brilla igual, como atributo del artista, en la imagen visual o literaria.
Aunque nacido en Austria (1890) Fritz Lang se educó en Alemania y tenía la ciudadanía alemana. Rehusó acomodarse a los deseos de su padre y ser arquitecto y dejó Austria para estudiar pintura en Munich.
Más tarde e influenciado por amigos decidió empezar a viajar a través del mundo llegando a visitar lugares exóticos como el entonces Lejano Oriente.
Volvió a Europa en 1911 y vivió como los bohemios de la época asentándose finalmente en París, donde subsistió pintando.
El estallido de la Primera Guerra Mundial le hace tener que salir de París y volver a Viena donde se incorpora al Ejército. En su etapa en París comenzó el gran interés por el cine. Da inicio a la redacción de sus guiones en el hospital donde estuvo ingresado por heridas de guerra.
En 1918, Lang firma un contrato con Eric Pommer para la Compañía Decía en Berlín, donde empezó primero como actor y luego como guionista, pero pronto empezó a dirigir películas.
Se casó con la escritora Thea von Harbou quien fue su compañera y colaboradora en la mayor parte de la producción de su etapa alemana, #hecho que curiosamente no ha sido resaltado por los estudiosos de Fritz Lang, ni por los que defienden su obra a ultranza, Lotte Eisner o Fernando Mendez-Leite ni por sus más furibundos críticos, como Kracauer).
De hecho, Thea Von Harbou colaboró como co-guionista en las siguientes películas de la etapa alemana:
*Die Spinnen (Parte I,1919)
*Hara Kiri (1919)
*Die Spinnen (Parte II 1919)
*Das Wandernde Blid (1919)
*Vier um die Frau (1920)
*Der Mude Tod (1921)
*Dr Mabuse, Der Spieler (Parte I 1922)
*Die Níbelungen (1924)
*Metrópolis (1926) -Basado en un libro de Thea von Harbou-
*Spione (1928) -Basado en un libro de Thea von Harbou-
*Die Frau ¡ni Monó (1929) -Basada en un libro de Thea von Harbou-
*M (1931)
*Das Testament des Dr. Mabuse (1933)
Hay una discrepancia entre los críticos y biógrafos en cuanto a la adjudicación de la autoría de los guiones pues, por ejemplo, Eisner hace figurar en su biografía a Lang como co-autor con von Harbou del guión de todas ellas, sin embargo,otros autores como Tensen, sólo mencionan a Lang como co-autor en dos de ellas, Das Wandernde Blid y Vier u>» Die Frau, haciendo figurar en el resto únicamente como guionista a Thea. Asimismo, Eisner no refleja en su biografía el hecho de que algunas de ellas estén basadas en novelas de la propia Thea, sugiriendo incluso que Thea escribió Metrópolis después de que fuera estrenada la película. Con todo resulta, cuando menos extrano, ese velo de silencio que se ha extendido sobre la figura de Thea von Harbou.
El Expresionismo en su estado más puro. está reflejado en dos películas, fundamentalmente: «El Gabinete del Doctor Caligarí» y en «Metrópolis». Estas dos películas fueron la semilla del desarrollo posterior del cine alemán y ambas representan el comienzo y el fin de la era Expresionista. Ambas fueron pioneras y ambas influyeron en muchas otras, sobre todo en lo que se refiere al uso de interiores, a la tenue iluminación, a la suspicacia en el uso de la decoración estilizada y a las tomas fílmicas desde ángulos inéditos hasta el momento.
Según Fritz Lang, la idea de Metrópolis surgió en su primera visita aNueva York, en octubre de 1924.
En su regreso a Alemania, diagramó junto a su esposa Theavon Harbou-, el argumento de la película, empleando además el libro escrito por ella.
El poder purificador del sacrificio y la creencia de que, a través de la destrucción, surgirá una nueva Humanidad en la que el amor entre todos los hombres sería una característica universal, son ideas defendidas por el dramaturgo Georg Kaiser, especialmente, en su trilogía Gas (1917-20): Die ¡oralle, Gas ¡ y Gas II.
Tanto los decorados como la perspectiva y la puesta en escena de Metrópolis, llevan el sello de Kaiser.
Para la fotografía, Lang contó con la inestimable ayuda de Karl Freund,un director de cine de gran creatividad, autor de Der letzte Mann y Varieré. Fue el precursor de lo que se conoce hoy en día como efectos especiales.
# Rodaje- Escenas icónicas
En Metropolis hay una escena en la que tiene lugar una conversación entre el Amo de Metrópolis y el ingeniero-jefe, cuya imagen aparece en una pantalla de televisión.
Primero se rodó al ingeniero y luego se proyectó su imagen al revés por medio de un proyector en la pantalla en blanco de la televisión.
La Torre de Babel fue uno de los grandes retos que superaron Freund y Lang. Necesitaban seis mil figurantes con la cabeza rapada y no encontraban suficientes actores que quisieran hacerlo. Tuvieron que acudir a los desempleados del momento que aceptaron, sin rogativas, afeitarse la cabeza. Aún así, solo consiguieron mil personajes, por lo que debieron de fotografiar los más de seis veces para lograr el efecto escenógrafico.
Los trucos mecánicos estuvieron a cargo de Gunther Rittau y Eugene Shufftan; el primero fue el creador del robot y el segundo el inventor de un sistema muy ingenioso de espejos que permite simular estructuras gigantescas mediante pequeñas maquetas y que se utilizó en trece escenas de Metrópolis (proceso Shufftan).
La escena de la inundación fue rodada por Freund, que logró acentuar el desborde de las aguas, subiendo a un columpio en pos de fotografiar cada botón de agua fragmentado.
El cameraman, se ubicó dentro de un compartimento especial con cantidad considerable de ayudantes y admíniculos de iluminación, mientras Lang con un megáfono, los animaba a que se acercaran a los chorros de agua para filmarlos.
El propio Lang en la entrevista que le hace Peter Bodganovich, cuenta cómo en Metrópolis rodó la simulación de una explosión:
«Puse la cámara en un columpio (el operador la habla atado a su pecho)y la balanceamos hacia el actor que estaba sintiendo el estallido.Empezó a caer hacia atrás en el momento en el que la cámara se columpió hacia él y se apretó contra el muro; entonces la cámara retrocedió a su primera posición, con lo que se consiguió así, la sensación de una explosión.»
Metrópolis fue la producción más cara de la UFA hasta esa fecha. Sólo en salarios se gastaron más de un millón y medio de marcos. El rodaje duró tres cientos diez días y sesenta noches, con un total de más de treinta y seis mil hombres, mujeres y niños utilizados ante las cámaras, (aparte de los actores profesionales).
El desastre financiero fue de tal calibre, que hubo que solicitar un préstamo de cuatro millones de dólares a dos productores americanos, Famous Players y Metro-Goldwyn.
Al finalizar la producción, la compañía debía más de cuarenta millones de marcos al Banco Alemán y a otras entidades, por lo que el futuro financiero de la UFA dependía del éxito de Metrópolis.
Las críticas no fueron afortunadas. Si bien se avalaron cualidades visuales y técnicas de la película, el contenido social fue juzgado como chantaje sensiblero y fácil. El propio Lang la catalogó como un producto pueril.
La reedición de la película en los Estados Unidos fue un fiasco. Para acomodarla al público norteamericano, antes del estreno, vapulearon la original de 1927. De los 10 y 7 rollos originales, los montadores americanos cortaron alrededor de 7, por lo que muchas escenas resultaron confusas. Escenas en las que los personajes aparecen y desaparecen sin dejar rastro no queda claro porque el amo de metrópolis decía que los obreros pierdan la confianza el María, pues ésta predicaba paz y paciencia entre los trabajadores, lo que debería interesarle, aunque según Jensen, «este aparente contrasentido ya se presentan la novela de Thea Von Harbou-, por lo que no se le achacó tal presupuesto a los montajes americanos»
Jensen afirma que el crítico Randolph Bartlett del New York Times en su artículo «German Film Revision Upheld as needed here” del 13 de marzo de 1927, defendió la reedición, pues según Bartlett“los alemanes adolecen de falta de interés en la veracidad dramática oson de una ineptitud extraordinaria. Los motivos brillaban por su ausencia o eran extremadamente ingenuos».
Bartlett relata que en un plano se mostraba una hermosa estatua de un busto femenino con el nombre HEL, en la base los reeditores, pensaron que era un nombre provocativo de hilaridad en un público de habla inglesa, (ya que el inglés hell podía significar infierno), por lo que fue eliminado cortando todas las referencias de importante contenido argumental. Luego de esto Lang prometió no dirigir nunca más en los Estados Unidos.
Existe un ejemplo de una filosofía antigua que no pretendía constituirse sólo como ideal, trascendental, sino también integrar al cuerpo humano. Es la Escuela de los Cínicos surgida en la antigüedad griega, que tiene por su máximo exponente a Diógenes de Sinope más conocido como Diógenes “el cínico”.
La filosofía de Diógenes buscaba integrar la materia de nuestro cuerpo, sus necesidades fisiológicas más básicas, sus expresiones, desde un profundo sentido moral, reafirmado todo en la práctica. Una búsqueda en que la filosofía no sólo se haga cargo del ideal, del alma, sino también del cuerpo. Una desviación que conduce directamente a la risa, por ser expresión del cuerpo, aun cuando el fin de Diógenes de Sinope no fuese ser entretenido ni hacer reír.
Extemporáneamente, es fácil distinguir las anécdotas sobre la vida de Diógenes como portadoras de un gran sentido.
La etimología de “cínico” se vincula al “can” por lo que vendría a ser algo así como Diógenes “el perro”. Dicho apelativo se justificaría en el hecho de que Diógenes asaltaba intespentuosamente con interrogantes a los transeúntes desde un tonel en una plaza pública, además del que compartía con perros y alababa las virtudes de los mismo, del humor, de humor negro inclusive. Pero ello no debe hacernos perder de vista el contexto. El ideario moral de Diógenes que buscaba una vuelta a lo natural, a liberarse de los usos por la costumbre y, en definitiva, todo aquello que no resulta indispensable.
No ha perdurado ningún escrito de Diógenes y, basándose en su modelo de vida, cabe pensar si llegó a escribir pues su filosofía era práctica. La principal referencia de su existencia y su legado filosófico, más allá del halo mítico que rodea las anécdotas de su vida, la encontramos en la obra de Diógenes Laercio: Vidas, opiniones y sentencias de los filósofos más ilustres.
Según Laercio fue discípulo de Antístenes, e incluso le superó en su forma de llevar a la práctica una vida austera.
Algunas claves de su pensamiento rescatadas por Laercio:
“Admirábase de los gramáticos que <<escudriñan los trabajos de Ulises é ignoran los propios.>> También de los músicos que <<acordando las cuerdas de su lira, tienen desacordes las costumbres del ánimo.>> De los matemáticos, <<porque mirando al sol y á la luna no ven las cosas que tienen á los pies>>. De los oradores, <<porque procuran decir lo justo, mas no procuran hacerlo.>> De los avaros, <<porque vituperan de palabra el dinero, y lo aman sobre manera.>> Reprendía á << los que alaban á los justos porque desprecian el dinero, pero imitan á los adinerados.>> Se conmovía <<de que se ofreciesen sacrificios a los dioses por la salud, y en los sacrificios mismos hubiese banquetes, que le son contrarios>>”
Se tiene la referencia de que se enfrentó en discusiones con muchos filósofos, acaso no con todos los que se encontró, quienes, lo ridiculizaban a la vez que le temían.
A continuación anécdotas de la vida de Diógenes como ejemplo de esta corriente filosófica:
“Estando cogiendo el sol en el Cranión, se le acercó Alejandro [Magno] y le dijo: <<Pídeme lo que quieras>>; á lo que respondió él: <<Pues no me hagas sombra>>
“Habiendo Platón definido al hombre, animal de dos pies sin plumas, y agradándose de esta definición, tomó Diógenes un gallo, quitóle las plumas, y lo echó en la escuela de Platón, diciendo: <<Este es el hombre de Platón>> Y así se añadió á la definición, con uñas anchas”
“Estando en una cena, hubo algunos que le echaron los huesos como á [un] perro, y él, acercándose á tales, se les meó encima, como hacen los perros”
Well, you wake up in the mornin’, you hear the work bell ring… And they march you to the table, you see the same old thing Ain’t no food upon the table, and no pork up in the pan But you better not complain, boy, you get in trouble with the man Let the Midnight Special shine a light on me …. Let the Midnight Special shine ‘er ever-lovin’ light on me Yonder come Miss Rosie, how in the world did you know? By the way she wears her apron and the clothes she wore Umbrella on her shoulder, piece of paper in her hand She come to see the gov’nor, she want to free her man, oh
Let the Midnight Special shine ‘er ever-lovin’ light on me If you’re ever in Houston, well, you better do right You better not gamble there, you better not fight, Lord Or the sheriff will grab ya, and the boys will bring you down The next thing you know, boy, whoa, you’re prison bound
Let the Midnight Special shine ‘er ever-lovin’ light on me
Let the Midnight Special shine ‘er ever-lovin’ light on me🎶
La mujer que vaga en la noche llorando por sus hijos identifica a los mexicanos, pero ha traspasado las fronteras desde hace más de 700 años.
La historia de la mujer que se aparece se repite en muchos países. Prácticamente en cada ciudad de México existe una historia sobre la fantasmal mujer que sale todas las noches a gritar y llorar en la calle por sus hijos.
En el mundo moderno generalmente, la ilustran como una figura fantasmagórica con la cabeza cubierta, vestida de negro, pero la realidad es que nadie sabe cómo es realmente «La Llorona», uno de los personajes más característicos de las historias de terror en México.
En cada municipio del país hay un lugar donde existen testimonios sobre las apariciones de esta misteriosa mujer que vagando por las noches grita con una voz de dolor «¡Ay, mis hijos!». Por ejemplo, en la capital mexicana afirman que se aparecía en el centro de Ciudad de México, en las alcaldías de Xochimilco (flotando en los canales) y en la de Coyoacán.
Pero la historia original de este personaje conecta con el mundo prehispánico, y se ubica aproximadamente una década antes de la llegada de los conquistadores españoles, en 1521.
El emperador Moctezuma II y Hernán Cortés.
En sus escritos, Fray Diego Durán, uno de los evangelizadores españoles, daba cuenta de que el emperador azteca Moctezuma II estaba preocupado por sueños que advertían el fin de su reinado. A sus oídos llegaron historias de paseantes nocturnos que contaban haber visto a una mujer que lloraba y gemía, por lo que les encomendó preguntarles el por qué de su dolor y que era lo que quería expresar.
Esta mujer salía del Lago de Texcoco sobre el cual se encontraba la legendaria Tenochtitlán.
La historia también se transmitió a Fray Bernardino de Sahagún (misionero franciscano cuyas obras han ayudado a la reconstrucción de los hechos del México antiguo), a quien los indígenas le aseguraron que por las noches esta mujer gritaba «¡Hijitos míos, pues ya tenemos que irnos lejos! Y otras veces ¡Hijitos míos ¿a dónde os llevaré?», en referencia a su intento de salvar a los nativos de la masacre que estaba por venir con la llegada de los conquistadores españoles.
Esta mujer salía del Lago de Texcoco sobre el cual se encontraba la legendaria Tenochtitlán.
La historia también se transmitió a Fray Bernardino de Sahagún (misionero franciscano cuyas obras han ayudado a la reconstrucción de los hechos del México antiguo), a quien los indígenas le aseguraron que por las noches esta mujer gritaba «¡Hijitos míos, pues ya tenemos que irnos lejos! Y otras veces ¡Hijitos míos ¿a dónde os llevaré?», en referencia a su intento de salvar a los nativos de la masacre que estaba por venir con la llegada de los conquistadores españoles.
Cihuacóatl emergía desde el Lago de Texcoco y trataba de advertir a los aztecas sobre la masacre de la que serían víctima El fraile nombró a la mujer Cihuacóatl (mujer serpiente) o Tonantzin (nuestra madre).
«Dice la historia que es una mujer que aparecía para prevenir todo lo que iba a caer sobre los indígenas. Aquí lo interesante es ver como la leyenda se ha ido modificando y adaptando conforme a los tiempos. Después de la conquista, se seguía hablando de esta aparición y se decía que se trataba de una mujer indígena que había tenido tres hijos con un español, pero que él después de casó con una mujer de alcurnia. Ella, en venganza, mató a los hijos y se volvió loca».
La historia se extendió hasta Centroamérica gracias a que había poblaciones aztecas en países como El Salvador y Nicaragua.
La traidora
La Malinche ha sido descrita por los historiadores como otras personificación de “La Llorona». Otro de los significados que se le da a esta mujer es el de «la mala madre». Según el historiador mexicano Efraín Franco Frías, en la época de la Colonia (1521-1821) empezó cobrar fuerza la historia de que «La Llorona» era una indígena conocida como «Malinche», quien a la llegada de los españoles se convirtió en amante de conquistador Hernán Cortés.
La pareja tuvo un hijo, pero Cortés se lo arrebató a la mujer cuando regresó a España sin que ella hiciera algo por impedirlo.
«El nombre de ‘Malinche’ significa traidora, y los indígenas veían en esta la encarnación de la traición y a raíz de que pierde a su hijo, para el pueblo mexicano se convierte en un símbolo de la maternidad, pero de la maternidad triste, ofendida y humillada por el papel triste de entregar a su hijo Martín Cortés, y ella jamás lo vuelve a ver».
«Se convierte en instrumento de traición y también en el símbolo de la mala madre que no es capaz de defender a su hijo y se entrega a las tentaciones, a los placeres», expresó el historiador.
El antiguo Lago de Texcoco, donde se originó el mito de la mujer que lloraba por sus hijos.
Relató que a partir de la entrega de su hijo, la mujer fue duramente criticada por no haber hecho nada para que no se lo llevarán y a partir de entonces «La Llorona» empieza a tener un significado diferente.
La Iglesia Católica empieza a modificar la historia para darle un significado de que si eres mujer y te entregas a los amores prohibidos (como la Malinche), no cumples con los deberes tradicionales de madre, «vas a estar condenada al sufrimiento y a estar vagando por el inframundo»
Hacia el siglo XVIII más de un cronista identifica a la indígena como «La Llorona» y como la «mala madre», a partir de ahí, el mito de Cihuacóatl se convierte en leyenda. A partir de entonces se le deja de relacionar con el agua (anteriormente siempre se decía que salía de algún lago) y empiezan a surgir historias en todos lados sobre esa mujer que vestía de luto y se lamentaba por sus hijos.
Por ejemplo, en Ciudad de México, una de las leyendas más famosas es la de «La Llorona» en una casona de Coyoacán, uno de los lugares más tradicionales de la capital. Pasó a la historia como la indígena que enamoró al conquistador Hernán Cortés, pero con el tiempo, su nombre se convirtió en sinónimo de traición. «La Malinche” fue despreciada por su raza al defender los intereses de los conquistadores. Cuando el conquistador Hernán Cortés recibió como regalo una veintena de esclavas como regalo para intentar apaciguar su furia contra los indígenas, nunca imaginó que una de ellas no sólo lo impactaría sino que sería la madre de uno de sus hijos.
Conocida en lengua náhuatl, la que hablaban los aztecas, como Malintzin o Malinalli, la mujer, que después sería identificada como «La Malinche», nació a finales del siglo XV. Según los historiadores, sus primeros años habrían transcurrido en el estado de Veracruz.
Presuntamente fue hija de un cacique, como primogénita le correspondía heredar los dominios de su padre, pero al fallecer, su madre, Cimatl, se casó con otro jefe indígena con el que concibió un varón, quien finalmente se quedó con lo que le correspondía a Malintzin, según un recuento sobre este polémico personaje en la historia mexicana.
De niña, Malintzin habría sido regalada a otros indígenas y así se empezó a esparcir el rumor de que había muerto. La menor fue vendida como esclava y comprada por un cacique de Tabasco, quien después la regaló a Cortés para tratar de apaciguar su furia contra el pueblo maya en ese estado después de la batalla de Cintla, en la que resultó victorioso.
El concubinato era aceptado en aquellos tiempos, pero únicamente con mujeres bautizadas por lo que después de ser regalada al conquistador, Malintzin recibió la fe católica y el nombre de Marina.
En un principio Cortés la había entregado a uno de sus capitanes, Alfonso Hernández, pero al descubrir que le sería útil por entender el náhuatl y el maya, la hizo su amante cuando ella tenía 15 años.
La mujer fue cobrando importancia durante la travesía de Cortés hacia la capital azteca, Tenochtitlán, como parte de su plan para derrotar al imperio.
Las crónicas de Bernal Díaz del Castillo la describen como una mujer «entrometida y desenvuelta» que mandaba a todos los indígenas en la Nueva España.
Algunos señalan que al enamorarse perdidamente de Hernán Cortés, empezó a defender los intereses de los españoles en lugar de los de los indígenas de su misma raza, quienes fueron masacrados por los conquistadores, de ahí que en México se conozca como «malinchistas» a quienes desprecian sus raíces.
La Malinche y La Llorona
De la relación entre Malintzin y Hernán Cortés nació Martín Cortés, el primer mexicano mestizo al que se le conoce con nombre y apellido.
Sin embargo, Cortés regresó a España y se llevó al hijo de ambos, dejando a su amante sola y despreciada por los de su misma raza.
Según el historiador mexicano Efraín Franco Frías, en la época de la Colonia (1521-1821) empezó cobrar fuerza la historia de que «La Llorona», esa mujer a la que en distintos lugares se le escucha por las noches llorar por sus hijos, era una indígena conocida como «Malinche».
La Malinche y diferentes representaciones de Cihuacóatl (Fotos: Pinterest, Wikipedia) «El nombre de ‘Malinche’ significa traidora, y los indígenas veían en esta la encarnación de la traición y a raíz de que pierde a su hijo, para el pueblo mexicano se convierte en un símbolo de la maternidad, pero de la maternidad triste, ofendida y humillada por el papel triste de entregar a su hijo y ella jamás lo vuelve a ver»,
«Se convierte en instrumento de traición y también en el símbolo de la mala madre que no es capaz de defender a su hijo y se entrega a las tentaciones, a los placeres», expresó el historiador.
Relató que a partir de la entrega de su hijo, la mujer fue duramente criticada por no haber hecho nada para que no se lo llevarán y a partir de entonces «La Llorona» empieza a tener un significado diferente.
La Iglesia Católica modificó la historia para darle un significado de que si eres mujer y te entregas a los amores prohibidos (como la Malinche), no cumples con los deberes tradicionales de madre, “vas a estar condenada al sufrimiento y a estar vagando por el inframundo”.
“[…] Kafka es un humorista religioso, porque ve y describe inconmensurable lo incognoscible y lo que no puede ser juzgado por la capacidad humana. Esto no lo hace mediante la exaltación grandilocuente, el lado excelso o sobrecogedor; sino que lo despliega como una burocracia, como un montaje de legajos e instancias mezquinas, tan inaccesibles como imprevistas a través de una jerarquía de funcionarios opacos y de ambigua responsabilidad […] de modo satírico, pues, pero a la vez con la más sincera sumisión, con esas o misión del creyente lucha contra todos ellos de manera incesante, después de realizar introducir por azar en el incompresible reino de la gracia. «
Thomas Mann
“Existe un punto de llegada pero ningún camino hacia aquello que llamamos camino y no es más que nuestra indecisión. Los leopardos irrumpen en el templo y vacían a tragos las ánforas del sacrificio. Es algo que no se repite continuamente hasta que se puede preverlo con certeza, entonces se convierte en parte de la ceremonia. «
F. Kafka, «Consideraciones acerca del pecado, el dolor, la esperanza y el verdadero camino».
Frank Kafka fue un desarraigado. Gracias a ello, desarrolló una personalidad autosuficiente.
Nació en Josefov, (también conocido como barrio Judío, en alemán: Josefstadt). Es un barrio y el área catastral más pequeña de Prag, hijo de vendedor ambulante y heredero del desarraigo social. Aún habiendo sido injertado en la clase alta, jamás dejó atrás su infancia en el gueto judío. Persistiendo en él, como carácter intrínseco, los modales broncos de sus descendientes.
El Proceso
Tanto en El Castillo como en El Proceso y otros cuentos, los personajes principales se ocultan tras un apellido reducido a una inicial. Es posible que con esto, Kafka hiciera referencia a su propio apellido. no obstante, solía emplear este tipo de lesiones en su anotaciones en diarios, y según sus manifestaciones, “porque escribir nombres me causa mucha confusión”. Esta relación problemática se extendía su propio nombre, que evitaba escribir cada vez que podía. Su firma era FK. En sus diarios escribe: «consideró la K horrible, me repugna y aún así le escribo, debe ser característica de mí mismo.»
Con respecto al nombre <Josef>, es muy probable que hiciera referencia al emperador Francisco José I. Es evidente que el carácter simbólico “del nombre” en su obra.
En la novela El Proceso, Kafka describe la situación jurídica política del momento, comenzó a escribirla el 11 de agosto de 1914, en plena gestación de La Primera Guerra Mundial. Las referencias al `Estado de Derecho`y al vigor de las leyes es interesante, ya que designa un régimen que se somete al derecho en su forma de actualización. Un manto de normalidad cubre la sociedad en la que se desenvuelve Josef K, no hay ninguna perturbación del orden político, -tampoco un estado de alarma, excepción o sitio- que pudiera justificar la existencia de tribunales de excepción.
La acción de la novela transcurre en el periodo exacto de un año. En la elección de la edad y otras circunstancias temporales se dan motivos autobiográficos, y en concreto, se reflejan hechos relacionados con su relación con Felice Bauer.
Kafka y El Proceso como manifestación patente:
* Visionario: previo el camino por donde discurría el hombre y el mundo.
* Crisis de sentido a dos escalas: tanto a escala individual como a escala social
* Crítica al entramado judicial: que conduce a la salvación, (angustia).
* Opresión: individuo oprimido bajo el Estado burocrático.
Jean-Paul Sartre: “Kafka nos muestra la vida del ser humano perpetuamente trastornada por una trascendencia imposible y esto sucede porque él cree que existe dicha trascendencia. Su universo es a la par, fantástico y rigurosamente verdadero ”.
Otro de los caracteres peculiares en Kafka, la esencia poética de su prosa: “Kafka no tiene nada que decirnos como filósofo o como teólogo. Él nos habla siempre desde un estado de poeta ”. Herman Hesse.
En la novela surge la asociación de dos hechos aislados, de dos ideas que la unirse producen algo nuevo. Kafka anticipa.
La condena de Josef K es a causa de la pesadilla burocrática. Desde sus páginas se profetiza la sombra que habría de cubrir, años después de su muerte, el cielo de Europa. La obra es el sentimiento de un proceso de desintegración en camino de un marco histórico preciso: intuía la deportación de los hebreos dictado de Hitler.
El aparato judicial que Kafka describen El Proceso se caracteriza por tres rasgos fundamentales:
1-El gran poder que poseen los solitarios funcionarios.
2-La autoridad gobernante es anónima, impersonal y rígida.
3-La ley no existe, en el caso de existir, no es posible ser conocida por él.
El laberinto procesal que Kafka levanta en torno a K, esconde la preocupación metafísica del autor en la búsqueda de la salvación del hombre, dejando al descubierto la crisis de sentido que invade la sociedad moderna, cuando la religión es secularizada por la razón.
El humor como elemento intrínseco de la narrativa kafkiana.
Más allá de que a su obra no se la puede calificar de humorística, es pertinente destacar cierta filiación entre un tipo de humorismo y un tipo de economía con el lenguaje, que tiene como principal virtud el más por menos.
Algunos breves cuentos dan cuenta de un tipo de humorismo que estaría lejos de identificarse con una risa superficial; en el estilo punzante irónico se amasa una forma particular de humor reflexivo y triste, cercano a una risa amarga,(asociada al humor melancólico). Humorismo en parentalidad con un ingrediente que el autor decidió usar para presentar algunos temas, asuntos o motivos determinados. A la vez que infunde vida la obra literaria, ya que la libera de la concepción reduccionista que la relaciona únicamente con lo serio. Ninguna literatura sobrevive sin humor.
Una liberación del Yo narrativo el beneficio del Yo autor.
En El Proceso, Kafka pudo deshacerse, por fin, de la figura paterna, (objetivamente considerada), pero no de su ley. Y tal como en La condena, el hijo se suicida porque así lo había determinado la ley del padre. En El Proceso es el propio acusado Josef K. quien acabará conduciendo a sus verdugos al lugar donde será asesinado y quien, en los últimos instantes, cuando la sombra de la muerte se aproxima, todavía tendrá tiempo para pensar, como un último remordimiento, que no supo desempeñar su papel hasta el fin, que no conseguirlo. Ahorra el trabajo a las autoridades… Es decir, al Padre.
José Saramago en su prólogo de la novela: “Dos ideas -mejor dicho, dos obsesiones- rigen la obra de Franz Kafka. La subordinación es la primera de las dos; el infinito, la segunda. En casi todas sus ficciones hay jerarquías y esas jerarquías son infinitas.” Y unas líneas después: “El motivo de la infinita postergación rige también sus cuentos”
Existe la incertidumbre respecto de que “No solo no podamos permanecer constantemente en el paraíso, sino que de hecho estemos allí permanentemente, sin que importe que aquí lo sepamos o no.” Kafka
La paradoja de las simultáneas permanencia y expulsión, absolución y condena, parece ser el peso que agobia a los poderosos tanto como a los oprimidos. A los primeros porque ven en ella la precariedad de su poder; a los segundos, porque por ella descubren, como Josef K., que sólo si se asumen como acusados habrá de proceder el juicio. Y es la culpa la que lleva al acusado a la asunción del proceso, al hijo, a la asunción de la condena paterna; en última instancia, al hombre, a la asunción de la expulsión del paraíso. ¿La culpa de qué? De reclamar por la injusticia de que haya sido utilizado para que el error se cometa. ¿Cuál error? El de asumirse definitivamente culpable o definitivamente expulsado, por no ser capaz de resolver el enigma de estar dentro y fuera a la vez: “El tribunal no quiere nada de ti. Te recibe cuando vienes y te despide cuando te vas”, Josef K. recibe esta clave de boca del capellán de la prisión, en la oscuridad de la catedral. Es decir, el hombre es un acusado libre, y eso es algo que no alcanza a resolver. El tercer aforismo de los cuadernos en octavo lo expresa en estos términos: “Hay dos pecados capitales humanos de los que se derivan todos los otros: impaciencia y desidia. A causa de la impaciencia han sido expulsados del paraíso, a causa de la desidia no vuelven a él. Pero quizás haya sólo un Pecado Capital: la impaciencia. A causa de la impaciencia han sido expulsados, a causa de la impaciencia no vuelven.”
Quizá la más extrema de estas situaciones sea la del Cazador Gracchus, “el cadáver viviente que navega a la deriva en la barca de la muerte por los mares terrenales sin poder trascender al “más allá”: Siempre permanezco en la gran escalera que conduce allí (…) En esa infinita escalinata no ceso de buscar, ya sea hacia arriba o hacia abajo, hacia la derecha o hacia la izquierda, siempre en movimiento. Pero si tomo un gran impulso y ya me ilumina la puerta allá arriba, despierto en mi barca, en cualquier páramo de aguas estancadas.”
El pecado original, la vieja injusticia que el hombre ha cometido, consiste en el reproche que el hombre hace, y al cual no renuncia, de que él ha sufrido una injusticia, de que con él se cometió el pecado original: “¿Quién es el acusado de esta culpa hereditaria (…) si no el padre por parte del hijo?”, pregunta y afirma Benjamin-; “(y tanto la respuesta como la confirmación remontan hasta la era del pecado original que se repite y renueva en cada relación padre e hijo, funcionario y ciudadano, tribunal y acusado; relación que lleva irremediablemente a la condena, así se desconozca la ley que se ha transgredido, por no estar escrita)” -Walter Benjamin-
La cabeza de Franz Kafka, también conocida como la estatua de Kafka, es una escultura al aire libre de David Černý que representa al escritor bohemio de lengua alemana Franz Kafka, instalada fuera del centro comercial Quadrio en Praga, República Checa. La escultura cinética tiene 11 metros de altura y está formada por 42 paneles giratorios. Artista: David Černý Inauguración: 2014 Tema: Franz Kafka Ubicación: Praga, Chequia.
Las hubo tanto guerreras como científicas, aventureras como políticas, reinas, nobles, intelectuales, astrónomas, escritoras, o… simplemente esposas.
Victoria Kent nació en Málaga en 1898. Feminista, abogada y política republicana española. Nació en el seno de una familia acomodada y liberal, tuvo profesores particulares y luego se trasladó a Madrid en 1917, para ingresar a la Universidad Central, donde estudió Derecho.
Se licenció en 1924, siendo la primera mujer en ingresar en el Colegio de Abogados, en plena dictadura de Primo de Rivera (1870-1930). Su primera intervención como abogada defensora fue en 1930, defendiendo ante el Tribunal Supremo de Guerra y Marina a un miembro del Comité Revolucionario Republicano. Consiguió la absolución de su defendido, lo que le dio reconocimiento público.
En la Segunda República en 1931, Victoria fue electa diputada por el Partido Radical Socialista, junto a Clara Campoamor por el Partido Republicano Radical. Fue designada Directora General de Prisiones hasta 1934. Siguiendo el ejemplo de su precursora Concepción Arenal, Victoria trabajó incansablemente para mejorar las cárceles, con el criterio de rehabilitar a los presos: retiró las cadenas y las celdas de castigo y creó el Cuerpo Femenino de Prisiones para la Cárcel de Mujeres y el Instituto de Estudios Penales.
De fuerte convicciones democráticas y feministas, Victoria mantuvo fuertes discusiones con la diputada Clara Campoamor, por el sufragio femenino, pues estaba en contra de otorgar el voto de forma inmediata, ya que consideraba que la mujer española no estaba preparada social ni politícamente para votar. Afrontó con valentía el rechazo hacia sus ideas y al no ganar en las elecciones de 1933, abandonó la Dirección de las Prisiones.
Victoria volvió a ser electa diputada en 1936 y durante la Guerra Civil (1936-39) viajó a Francia como Secretaria de la Embajada Española. Cuando Franco (1892-1975) derrotó a la República e instauró una dictadura (1937-1975), permaneció en París, colaborando en la salida de refugiados españoles hacia América. Al llegar la invasión nazi a París en 1940, Victoria vivió con identidad falsa como Madame Duval, trabajando y escribiendo a favor de los exiliados españoles.
En 1948 partió exiliada para Mexico, donde desarrolló una intensa actividad intelectual, en ámbitos universitarios y penitenciarios. En 1950 trabajó en Nueva York como funcionaria de la ONU. Dirigió la revista Ibérica, destinada a la publicación de noticias llegadas de España, para los exiliados republicanos en Estados Unidos. Cuando en 1975 murió Franco y comenzó la transición democrática, la revista dejó de editarse.
Victoria estuvo durante 40 años en el exilio, trabajando infatigablemente, apasionada y decidida, dedicó su vida a luchar por mejorar las condiciones de vida, no sólo de las mujeres, sino de todos los que se encontraran en condiciones de inferioridad: presos, huérfanos, exiliados.
Victoria Kent murió en Nueva York en 1987.
Feúcha, alta, encorvada y solitaria, así era Victoria Kent, una mujer de la que mucho se ha escrito y poco se sabe.
Esta malagueña nacida un 3 de marzo de 1889 que se negó a ir a la escuela y recibió clases de su madre terminó siendo maestra. No conformándose con ello, sus padres aceptaron enviarla a Madrid, sin casarse ni hacerse monja, a estudiar bachillerato, alojándose en la Residencia de Señoritas -un foco importante de cultura y libertad sexual-..
Se presenta en la Facultad de Derecho sin estar matriculada y termina sacándose la carrera. Demuestra su valía como letrada al defender a Álvaro de Albornoz, convirtiéndose en la primera mujer que participa en un Consejo de Guerra. Se afilia al Partido Radical Socialista, llegando a ser diputada. De este periodo es famoso su enfrentamiento con su amiga Clara Campoamor, a causa del sufragio femenino, al que Victoria se negaba por creer que las mujeres se verían forzadas a votar a la derecha por sus maridos o los curas.
Pero, no siendo suficiente para ella, es nombrada por Alcalá-Zamora, Directora de Prisiones, puesto que ella describe como “la tarea más importante de su vida”. Sus ideales humanísticos se ven representados en los cambios que realizó, mejorando la de vida de los presos. Promovió la reinserción social, eliminó las cadenas y grilletes -fundiendo el acero de estos para realizar un busto en honor a su predecesora, Concepción Arenal-, suprimió la obligación de asistir a misa, sacó a las monjas y creó el Cuerpo Auxiliar de prisiones, e impulsó la cultura. Todo ello en los tres meses que permaneció en su cargo, antes de que ciertos sectores de la sociedad pusieran el grito en el cielo por algunas reformas, como las visitas conyugales, y se vio forzada a dimitir de su cargo.
Comenzada la Guerra Civil, Victoria acude a Guadarrama, para aprovisionar a los combatientes. También ayudó a escapar a centenares de niños de las zonas de guerra.
Es nombrada Primera Secretaria de la Embajada de París, donde se encarga de conseguir pasaje hacia América a todos los refugiados. Ella no corrió la misma suerte, sorprendida por la invasión nazi, abandona París y se esconde en un pequeño apartamento de la Cruz Roja en Bolougne.
Consigue llegar a México, donde dio clases de Derecho, viendo así realizado su sueño, la docencia. Reclamada por la ONU, se traslada a Nueva York para formar parte de la Sección de Defensa Social, cargo que abandonó al considerarlo demasiado burocrático.
A los 62 años, conoce a Louise Crane, su gran amor. Gracias a ella, y a su fortuna millonaria, funda y dirige la revista Ibérica, que informaba sobre la situación en España a los exiliados.
Visitó España, aunque durante un corto periodo de tiempo, según Victoria: “Yo no tengo otra pasión que España pero no regresaré a ella mientras no exista una auténtica libertad de opinión y de asociación”. Por lo que opta por volver a Nueva York, junto a su amada Louise.
Más allá de Femen: el legado olvidado del feminismo y el antifascismo en España Más allá de Femen: el legado olvidado del feminismo y el antifascismo en España.
Regreso a España desde el exilio de Victoria Kent
Política destacada durante la Segunda República española, Victoria Kent fue la primera mujer del mundo que ejerció como abogada ante un tribunal militar.
Pese a lo que podría pensarse por su apellido y su trayectoria, Victoria Kent Siano (Málaga, 1891) nació en una sencilla familia de clase media: su padre era vendedor de calzado y su madre ama de casa. Eso sí, ambos progenitores tenían un talante liberal y una mentalidad bastante abierta para la época, por lo cual no se opusieron a que la inquieta Victoria estudiase Magisterio en Málaga y, luego, se trasladase a Madrid para cursar Derecho. Llegó a la capital en 1917 y se instaló en la Residencia de Señoritas, el equivalente femenino a la mítica Residencia de Estudiantes, dirigida por la pedagoga institucionista María de Maeztu, que influyó notablemente en la personalidad y las ideas feministas de la joven. Kent se licenció como abogada por la Universidad Central –el nombre original de la Universidad Complutense– en 1924; al año siguiente, en plena dictadura de Primo de Rivera, fue la primera mujer que ingresó en el Colegio de Abogados de Madrid y empezó a ejercer ante los tribunales.
Aquello le dio cierta notoriedad, aunque su verdadera fama llegó en 1931 al defender ante el Tribunal Supremo de Guerra y Marina a Álvaro de Albornoz, miembro del Comité Revolucionario Republicano procesado por su intervención en la Sublevación de Jaca. Esto la convirtió en la primera abogada del mundo en actuar ante un tribunal militar; además, logró la libertad de su defendido.
Etapa en el Congreso y exilio
Su prestigio llevó a que ese mismo año fuese elegida miembro de la Real Academia de Jurisprudencia y Legislación y a que, en abril, el Gobierno provisional de la recién nacida Segunda República, presidido por Alcalá-Zamora, la nombrase Directora General de Prisiones. Kent llevaba tiempo afiliada al Partido Republicano Radical Socialista (PRRS) y salió elegida diputada en las primeras Cortes republicanas, aunque siempre compaginó su dedicación política con su bufete de Derecho Laboral en la madrileña calle del Marqués de Riscal, 5, y su asesoría a las cooperativas obreras o al Sindicato Nacional Ferroviario.
Desde su cargo, mejoró y reformó el sistema penitenciario español; como diputada, protagonizó el famoso debate con Clara Campoamor en torno al voto femenino, al cual se opuso –a pesar de su feminismo– por razones de oportunidad política. Perdió el debate, se aprobó el sufragio de las mujeres y la propia Victoria perdió su condición de diputada: no resultó elegida en 1933, aunque volvería a serlo en 1936 en las listas de Izquierda Republicana (IR), que formaba parte del Frente Popular.
Pero en julio llegaron el golpe militar, el estallido de la Guerra Civil y, para Kent como para otros tantos republicanos, el exilio: primero en París, donde al principio se hizo cargo de miles de niños refugiados y luego tuvo que esconderse de los nazis y de Franco, ayudada por Cruz Roja (su novela autobiográfica Cuatro años en París refleja este período); y luego en México como profesora universitaria de Derecho. Desde 1950 hasta su muerte en 1987 se encontraría en Nueva York, donde trabajó para la ONU y mantuvo una larga relación sentimental con la filántropa americana Louise Crane. No obstante, Victoria Kent tuvo ocasión de volver fugazmente a su patria al acabar el franquismo: regresó a España el 11 de octubre de 1977 y fue homenajeada con cariño y admiración por sus seguidores y amigos tras tantos años lejos del hogar.
VICTORIA KENT POR GABRIELA MISTRAL
GABRIELA MISTRAL
Poeta chilena (Vicuña, 1889 – Nueva York, 1957), diplomática y pedagoga chilena, la primera latinoamericana en obtener el Premio Nobel de Literatura, en 1945. En 1951 obtuvo el Premio Nacional de Literatura, Chile.
Perfil de la feminista, política e ideóloga española Victoria Kent.
UNA ÍNDOLE.
Victoria Kent: malagueña de media raza inglesa. Las dos franjas de sangre corren y se expresan en su carácter. Lleva de la mediterránea los óleos humanos que regara Roma en cada lugar en que se retardó creando una convivencia; lleva de anglosajona el sentido del aseo del mundo por la organización del trabajo colectivo y de la vida individual.
Su formación fue la común de la niña que aparece bien dotada en la escuela secundaria de la provincia. Después de su bachillerato pasó a la capital que, buena pulidora en su colegio especializado, “doma, tornea y lustra”. Vino de su Málaga amasada por esos escultores ligeros y fuertes que se llaman luz y olas. Castilla tal vez haya cumplido en ella el trabajo que le atribuyen de estilización o rubricación de la criatura española. Victoria Kent hace visible en su vida un estilo; y ése es el de la escuela hispana del futuro: una eficacia aliada a la fineza; una profundidad antigua veteada de una modernidad expurgada.
Alta, sólida sin pesadez, la talla sajona y el rostro latino, la voz grave, que va bien con su alegato austero en el tribunal; la conversación en bloques netos de conceptos, y nunca divagadora. Su persona exhala una dignidad exenta de arrogancia. No es la pechi-erguida según llaman los españoles a la soberbia, aunque su autoridad fuerte arrastra a las mujeres detrás de ella hacia las faenas sociales. Quisiera saber cómo se llamaría en física la condición de los cuerpos graves que no son extáticos, pero que se agitan raramente, y me gustaría saber también cuáles son las materias que sin ser neutras, sino bastante individualizadas, influyen en sus semejantes y en sus opuestos. La fórmula de Victoria Kent andaría entre ese dechado de la física y este otro de laboratorio industrial.
De tarde en tarde se bendice la condición humana, cuando cae a las manos en un ejemplar cumplido; se olvida de un golpe el fracaso conocido sobre los muchos que viven a cien jornadas de la ecuación hombre o mujer de las épocas clásicas. Saludamos aquello como el éxito completo tras del cual se corrió mucho, cansándose primero y al final encolerizándose.Y se emplean algunas semanas en averiguarse al individuo con curiosidad bien dichosa.
FEMINISMO.
Hay en los gremios profesionales de mujeres, las que atraen por el temperamento mejor que por la ideología; hay otras a las cuales la técnica conquistada del oficio ha endurecido como una intemperie marina; y hay el género más común en el feminismo: el que se bate a pura sentimentalidad en una liza donde sobran las lágrimas. Es raro de disfrutar en la masa de las sufragistas el caso de la consciencia lisa y llana. Parece que seamos las mujeres insinuaciones apenas apuntadas, hoces de luna nueva de una conciencia profesional o política. Pide ésta una larga escalera de estratos morales, y los cuajaremos en el porvenir, pero tan lenta camina la operación como van rápidas nuestras emancipaciones. El desequilibrio inquieta y con harta razón.
V. Kent
«No me fiaría para entregarle la suerte de mi pueblo a “La temperamental” arrebatada que he dicho; ni haría camino muy largo al lado de la criatura minerviana, salida del seso de Júpiter y vaciada de entraña emocional. En cuanto a las emotivas, que en vez de hacer música se han puesto a hacer política, éstas suelen cansarse con su ignorancia gárrula. Pondría, eso sí, cualquier causa personal o gremial en las manos de una Victoria Kent de conciencia cenital, como de cuantas caen dentro de su familia o su orden.»
POLÍTICA.
Llevaron a la Corte Constituyentes a Victoria Kent unos electores que conocían la trayectoria de su vida, servicial y recta como una estrada romana, y allí estuvo haciendo, y no luciendo, durante dos años, en los debates. La seriedad de su carácter la conduce a repugnar desde la retórica de los frondosos hasta el cubiliteo de los ladinos. Donde hay industria activa sobre la cual poner a mano, realizando el bien para la colectividad, ella toma su sitio. Desprovista en cuanto a medio sajona de la piel de raso que son nuestras vanidades, estará allí trabajando sin énfasis, sentada en la zona donde el ingenio vicioso espejea menos y no atrae a los novedosos y noveleros.
LA PENALISTA.
La República la colocó desde sus comienzos en un cargo desde el cual diese la medida de su energía y la nobleza de su cultura penal: le entregó la jefatura de las cárceles españolas.
Ella llevaba consigo esa materia en todo tiempo peligrosa –dinamita para los flacos de ánimo y para los aceptadores de su mal– que llaman con palabra desacreditada “ideales”. Una pasión real del derecho le hizo seguir la abogacía; luego, sus años de un bufete, asomada a diario a las cárceles -¡y qué cárceles!- la había cargado de experiencia. Contra la costumbre del criminalista teórico, ella se sintió llamada a realizar en el cargo, cuanto planeó durante su vida: la reforma de los servicios carcelarios, ni más ni menos.
Realizó en catorce meses lo que es dable hacer en campo de calamidad tan dilatado, guerreando día a día con la vieja poltrona que es la costumbre perversa. Sus golpes de azada al régimen penitenciario fueron los siguientes: Aumentó la ración alimenticia a los presos, el que castiga, a lo menos ha de alimentar. Duplicó las provisiones de coberturas, pensando en que se hiela el que está quieto como un banco. Dio la orden, que azoraría a los jefes, de la recogida de las cadenas y grillos en las celdas de castigo. El dato pone no se qué escalofrío: mandó fundir los objetos infames para sacar de ellos hierro, que bastó para el monumento a Concepción Arenal. Llevo el baño y la ducha a los nuevos edificios carcelarios. Suprimió los cárceles llamadas de partido (de pueblos pequeños) que en varias partes existían en inefable revoltura con cuadras y … escuelas.
HEREDERA DE CONCEPCIÓN ARENAL.
La obra en que se daría gusto entero fue la construcción de la nueva Cárcel de Mujeres de Madrid.
Ha contado Victoria Kent al periodista Ángel Lázaro, que a lo largo de su vida, ella alimentó la idea de esta creación y que llegando a la jefatura general de prisiones se dijo como a sí misma y como a la otra que hay en nosotros: “Ahora hago la Cárcel de Mujeres”. Cuenta que pidió al arquitecto: “Mucha luz, toda la posible. Una casa como la que quisiese una para vivir. Luz por todo costado. Seis patios. Seis terrazas y una soberana azotea general”. El amor de holgura, aseo y claridad, no se quedó en las oficinas: maravilla en la cárcel nueva, por ejemplo, la magnífica cocina. Cuarenta y cinco cuartos de baño para la pobre clientela. Setenta y cinco dormitorios independientes, una gran enfermería, un honorable salón de actos, los talleres abastecidos para el trabajo manual,la biblioteca que es para los presos la cotidiana salida al mundo, y el santo departamento para las madres delincuentes que deben criar a sus niños. (¿Han pensado los jueces hasta la última raíz del concepto en la madre presa, que cría y en lo que ella cría?) Faltan en la nueva cárcel las “celdas de castigo”; se han reemplazado con unas celdas de aislamiento para las reclusas rebeldes, y en ellas, la única penitencia es la separación de las compañeras. Victoria Kent ha dicho que cuando una mujer entra en esa cárcel, “conocerá un choque moral desde su primera pisada, y que esa casa empujará suavemente la buena crisis de su conciencia”.que cría y en lo que ella cría?) Faltan en la nueva cárcel las “celdas de castigo”; se han reemplazado con unas celdas de aislamiento para las reclusas rebeldes, y en ellas, la única penitencia es la separación de las compañeras. Victoria Kent ha dicho que cuando una mujer entra en esa cárcel, “conocerá un choque moral desde su primera pisada, y que esa casa empujará suavemente la buena crisis de su conciencia”.que cría y en lo que ella cría?) Faltan en la nueva cárcel las “celdas de castigo”; se han reemplazado con unas celdas de aislamiento para las reclusas rebeldes, y en ellas, la única penitencia es la separación de las compañeras. Victoria Kent ha dicho que cuando una mujer entra en esa cárcel, “conocerá un choque moral desde su primera pisada, y que esa casa empujará suavemente la buena crisis de su conciencia”.
Ahí está plantada en el barrio de “Ventas” de Madrid la masa blanca, albergadora de la delincuencia mujeril. Su arquitectura ostenta la dignidad de las cosas hechas para un vasto servicio social; la sencillez geométrica que ha aventado barroquismos promete los modos judiciales de la época, ni sentimentalotes ni sargentescos. Victoria Kent ha debido probar una satisfacción profunda mirando su sueño de media vida vuelto pasta de piedra y logro aplacador. Las delincuentes castellanas de tres centurias vivirán, gracias a ella, bajo esos techos de clemencia y detrás de esas puertas más comunicadoras que tajadoras del mundo. Santa Concepción Arenal no pudo alcanzar en su tiempo este remate de su sacro empeño. Dejó sus libros a la manera de un fermento, y en química como en letras, las levaduras o revientan o enlindan la harina, por pesada que sea. A una distancia de cuarenta años, que pudieron ser menos, pero que no son demasiado, Santa Concepción Arenal, la gallega, gana su batalla por el brazo prestado de una mujer que comió su doctrina, en una eucaristía secreta. “Esta es mi sangre”, dice cada libro esencial a su lector proato. Si tales hostias se comen en la adolescencia pueden más sobre nosotros, y Victoria Kent es un caso de esas adolescencias heroicas que auguran y cumplen unas madureces grandes.
Cuando le dijeron que el menester de la reforma carcelaria correspondía a varón y no a mujer, pudo contestar que manos viriles habían manejado el problema sin sacarlo de su encenegamiento en la crueldad o el abandono. Cuando le enrostraron “una anarquización del servicio”, pudo desplegar el cuadro que encontró y enfrentar la libertad dichosa que ella trajo con la anarquía satánica encontrada al llegar.
Ella dice: “O creemos que nuestra función sirve para modificar al delincuente o no lo creemos. En el caso de no tener esta fe, todas las mazmorras y el repertorio entero de castigos será poco. Si tenemos, en cambio, esa fe, hay que dar al hombre trato de hombre, no de alimaña”.
Son conceptos de la mente muy lógica que ella lleva, aun cuando la elevación doctrinal de ellos la haga aparecer a los palurdos como mujer de utopías lacrimosas.
IDEOLOGÍA.
La teoría y la conducta política de Victoria Kent se resuelve en un ángulo formado de una democracia corajuda que acepta el socialismo y de una fórmula de realización que suaviza por medio de una densa cultura la realización de esa democracia subida. En éste como en otros puntos, camina con el equipo de las intelectuales españolas. Su espíritu de solidaridad parece que sea uno de sus atributos sajones más nobles: ella escoge parsimoniosamente el grupo humano con el cual se funde y al que no abandona por la pequeña disidencia de ayer o de mañana.
Admirable parece también su tino en Parlamento y asamblea; se podría sacar de sus discursos una pequeña antología de pensamiento social y de táctica política, que podía llamarse “Breviario de la sabiduría política feminista para el uso de mujeres latinas”.
Es de estimarse en la literatura política de Victoria Kent la ausencia de cualquier forma de demagogia. Pudor escaso en la casta política, cuyo menester es el batir a las multitudes como a clara de huevo, pudor de líder de altura, delicadeza doblada por la condición mujeril. No sabemos la facilidad con que las feministas caen de bruces en la demagogia, a causa de nuestro terremoto pasional y de nuestro apetito de éxitos inmediatos.
Algunas lectoras podrían sacar, malamente, de este acápite la conclusión de que Victoria Kent es una diputada Centro-derecha, Centro-moroso o Centro-cómodo, y se equivocarían porque Victoria Kent es mujer de izquierda y de un doctrinarismo diamantino por su terca firmeza. Es probable que en nación de justicia social lograda, no fundase con sus amigos un partido radical-socialista; pero en la España que tiene que labrar los surcos, tan anchos como ella misma, del bienestar obrero y campesino, ni Victoria Kent ni otra criatura de su probidad podía elegir otro camino que el de una evolución social a las marchas forzadas. La desorganización de los pueblos llamados hispánicos le golpea en las potencias con látigo errado; el hambre de Castilla y Andalucía le castiga los sentidos cuando camina sobre el pecho o la extremidad de la Península.
Victoria Kent combatió en las Constituyentes el voto femenino, acarreándose con ello la hostilidad de los grupos sufragistas españoles y una verdadera explosión de los feminismos extranjeros más fogosos; una mujer y además una diputada, quería rehusar el voto a sus hermanas.
Ella no negaba ni siquiera discutía el derecho a voto de las mujeres. Pensamiento tan escrupuloso como el suyo no puede nutrir el concepto de un electorado eterno de los hombres. Una mujer que ha hecho la jornada dantesca por los infiernos de este mundo, que se llaman niñez proletaria abandonada y niñez rural, y que se llaman, además, problemas judiciales y trabajo femenino pagados con salario de hambre, tiene que pensar en la creación de otra sensibilidad en el Estado entero, menester que cumplirá la única que trae unas manos puras y una conciencia no relajada a las legislaturas.
De puro fiel a sí misma y a la mujer en general, ella tenía en este trance “ojos para ver y oídos para oír”. Se conocía la ignorancia de la masa femenina votante y pedía a las Cortes una pausa larga para la preparación del electorado mujeril. Victoria Kent resistió la embriaguez de vino generoso o de café negro que es la demagogia sufragista sajona o latina; sabe que no se trata solamente de que las mujeres votemos, sino de que no lleguemos hasta este campo tremendo del sufragio universal a duplicar el horror del voto masculino analfabeto… Arribar con mejores prendas cívicas y, a ser posible, llevando una fórmula correctora del sufragio en general, era su intención sagaz. La mera obtención del voto y la satisfacción de la vanidad del sexo deben parecerle unas niñerías bastante atolondradas. Ha hecho la Casandra contra toda la cordialidad de su naturaleza que la lleva a las maneras suaves de convivencia así en hogar como en asamblea. La mujer española, en gran parte, votó contra la República que le regaló el voto, y esta frase ya corre acuñada llevando consigo una realidad alarmante1.
El tipo especial de opinión pública sin contorno acusado, que es el español, acaso salga de este mujerío votante que todavía no sabe qué es lo que quiere y a dónde va. Por otra parte, no son estas electoras españolas ningún fenómeno de necedad y menos de maquiavelismo, sencillamente, fueron llevadas sin tránsito a una seria función política.
UNA FRASE. «He encontrado en uno de sus discursos, y como perdida, una frase de Victoria Kent, relámpago de esos que alumbran una zona del alma y gracias a los cuales suele captarse una criatura entera. Ella habla de los sostenes morales con que cuenta para su lucha y que llegan en su correo cotidiano y añade: “No se olvida nunca cuando un hombre o unos hombres en desgracia nos han llamado madre”. Belleza grande de esos tres regalones que don Miguel de Unamuno comentaría, sacando a la luz un género de maternidad que el mundo comienza a conocer: la maternidad de la jefe de prisiones y de hospitales o de las veladoras de salas-cunas, y que corre desde el gris desabrido de un funcionalismo laico enteco hasta una piedad patética o una mística vertiginosa.»
HACER Y DESHACER.
Pasó la marejada reformista del primer Parlamento y vino una mudanza visual que un óptico sabría decir: las proporciones de la faena que se iba a cumplir disminuyeron; la República habló de pronto en una lengua alguacilesca que era de paños tibios o de subterfugios. Victoria Kent no se dio por notificada de un trueque de la República española y rehusó hacer concesiones, bajando calorías a su reforma. Había que irse, dejando los moldes abandonados a manos más consentidoras o quedarse rompiéndoles como una alfarería fracasada en el horno.
Tiempos vendrán, o no vendrán, de reanudar el santo trabajo de la cárcel recreadora de hombres, y al revés de los apóstatas de sí mismos, ella podrá volver trayendo su plan intacto, sin averiadura ni quebrajeo, para continuarlo en el punto y la línea en que se lo interrumpieron.
Entretanto –y puede durar lo que sea el interregno– ella da a quienes la vemos vivir, de cerca o de lejos, el espectáculo lujoso –la ética gasta en ciertos seres un verdadero lujo– de una vida apostólica, tan llena en las maneras como subida en el rigor.
MUJERES Olvidadas…
Las hubo tanto guerreras como científicas, aventureras como políticas, reinas, nobles, intelectuales, astrónomas, escritoras, o… simplemente esposas.
Victoria Kent nació en Málaga en 1898. Feminista, abogada y política republicana española. Nació en el seno de una familia acomodada y liberal, tuvo profesores particulares y luego se trasladó a Madrid en 1917, para ingresar a la Universidad Central, donde estudió Derecho.
Se licenció en 1924, siendo la primera mujer en ingresar en el Colegio de Abogados, en plena dictadura de Primo de Rivera (1870-1930). Su primera intervención como abogada defensora fue en 1930, defendiendo ante el Tribunal Supremo de Guerra y Marina a un miembro del Comité Revolucionario Republicano. Consiguió la absolución de su defendido, lo que le dio reconocimiento público.
En la Segunda República en 1931, Victoria fue electa diputada por el Partido Radical Socialista, junto a Clara Campoamor por el Partido Republicano Radical. Fue designada Directora General de Prisiones hasta 1934. Siguiendo el ejemplo de su precursora Concepción Arenal, Victoria trabajó incansablemente para mejorar las cárceles, con el criterio de rehabilitar a los presos: retiró las cadenas y las celdas de castigo y creó el Cuerpo Femenino de Prisiones para la Cárcel de Mujeres y el Instituto de Estudios Penales.
De fuerte convicciones democráticas y feministas, Victoria mantuvo fuertes discusiones con la diputada Clara Campoamor, por el sufragio femenino, pues estaba en contra de otorgar el voto de forma inmediata, ya que consideraba que la mujer española no estaba preparada social ni politícamente para votar. Afrontó con valentía el rechazo hacia sus ideas y al no ganar en las elecciones de 1933, abandonó la Dirección de las Prisiones.
Victoria volvió a ser electa diputada en 1936 y durante la Guerra Civil (1936-39) viajó a Francia como Secretaria de la Embajada Española. Cuando Franco (1892-1975) derrotó a la República e instauró una dictadura (1937-1975), permaneció en París, colaborando en la salida de refugiados españoles hacia América. Al llegar la invasión nazi a París en 1940, Victoria vivió con identidad falsa como Madame Duval, trabajando y escribiendo a favor de los exiliados españoles.
En 1948 partió exiliada para Mexico, donde desarrolló una intensa actividad intelectual, en ámbitos universitarios y penitenciarios. En 1950 trabajó en Nueva York como funcionaria de la ONU. Dirigió la revista Ibérica, destinada a la publicación de noticias llegadas de España, para los exiliados republicanos en Estados Unidos. Cuando en 1975 murió Franco y comenzó la transición democrática, la revista dejó de editarse.
Victoria estuvo durante 40 años en el exilio, trabajando infatigablemente, apasionada y decidida, dedicó su vida a luchar por mejorar las condiciones de vida, no sólo de las mujeres, sino de todos los que se encontraran en condiciones de inferioridad: presos, huérfanos, exiliados.
Victoria Kent murió en Nueva York en 1987.
Feúcha, alta, encorvada y solitaria, así era Victoria Kent, una mujer de la que mucho se ha escrito y poco se sabe.
Esta malagueña nacida un 3 de marzo de 1889 que se negó a ir a la escuela y recibió clases de su madre terminó siendo maestra. No conformándose con ello, sus padres aceptaron enviarla a Madrid, sin casarse ni hacerse monja, a estudiar bachillerato, alojándose en la Residencia de Señoritas -un foco importante de cultura y libertad sexual-..
Se presenta en la Facultad de Derecho sin estar matriculada y termina sacándose la carrera. Demuestra su valía como letrada al defender a Álvaro de Albornoz, convirtiéndose en la primera mujer que participa en un Consejo de Guerra. Se afilia al Partido Radical Socialista, llegando a ser diputada. De este periodo es famoso su enfrentamiento con su amiga Clara Campoamor, a causa del sufragio femenino, al que Victoria se negaba por creer que las mujeres se verían forzadas a votar a la derecha por sus maridos o los curas.
Pero, no siendo suficiente para ella, es nombrada por Alcalá-Zamora, Directora de Prisiones, puesto que ella describe como “la tarea más importante de su vida”. Sus ideales humanísticos se ven representados en los cambios que realizó, mejorando la de vida de los presos. Promovió la reinserción social, eliminó las cadenas y grilletes -fundiendo el acero de estos para realizar un busto en honor a su predecesora, Concepción Arenal-, suprimió la obligación de asistir a misa, sacó a las monjas y creó el Cuerpo Auxiliar de prisiones, e impulsó la cultura. Todo ello en los tres meses que permaneció en su cargo, antes de que ciertos sectores de la sociedad pusieran el grito en el cielo por algunas reformas, como las visitas conyugales, y se vio forzada a dimitir de su cargo.
Comenzada la Guerra Civil, Victoria acude a Guadarrama, para aprovisionar a los combatientes. También ayudó a escapar a centenares de niños de las zonas de guerra.
Es nombrada Primera Secretaria de la Embajada de París, donde se encarga de conseguir pasaje hacia América a todos los refugiados. Ella no corrió la misma suerte, sorprendida por la invasión nazi, abandona París y se esconde en un pequeño apartamento de la Cruz Roja en Bolougne.
Consigue llegar a México, donde dio clases de Derecho, viendo así realizado su sueño, la docencia. Reclamada por la ONU, se traslada a Nueva York para formar parte de la Sección de Defensa Social, cargo que abandonó al considerarlo demasiado burocrático.
A los 62 años, conoce a Louise Crane, su gran amor. Gracias a ella, y a su fortuna millonaria, funda y dirige la revista Ibérica, que informaba sobre la situación en España a los exiliados.
Visitó España, aunque durante un corto periodo de tiempo, según Victoria: “Yo no tengo otra pasión que España pero no regresaré a ella mientras no exista una auténtica libertad de opinión y de asociación”. Por lo que opta por volver a Nueva York, junto a su amada Louise.
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Regreso a España desde el exilio de Victoria Kent
Política destacada durante la Segunda República española, Victoria Kent fue la primera mujer del mundo que ejerció como abogada ante un tribunal militar.
Pese a lo que podría pensarse por su apellido y su trayectoria, Victoria Kent Siano (Málaga, 1891) nació en una sencilla familia de clase media: su padre era vendedor de calzado y su madre ama de casa. Eso sí, ambos progenitores tenían un talante liberal y una mentalidad bastante abierta para la época, por lo cual no se opusieron a que la inquieta Victoria estudiase Magisterio en Málaga y, luego, se trasladase a Madrid para cursar Derecho. Llegó a la capital en 1917 y se instaló en la Residencia de Señoritas, el equivalente femenino a la mítica Residencia de Estudiantes, dirigida por la pedagoga institucionista María de Maeztu, que influyó notablemente en la personalidad y las ideas feministas de la joven. Kent se licenció como abogada por la Universidad Central –el nombre original de la Universidad Complutense– en 1924; al año siguiente, en plena dictadura de Primo de Rivera, fue la primera mujer que ingresó en el Colegio de Abogados de Madrid y empezó a ejercer ante los tribunales.
Aquello le dio cierta notoriedad, aunque su verdadera fama llegó en 1931 al defender ante el Tribunal Supremo de Guerra y Marina a Álvaro de Albornoz, miembro del Comité Revolucionario Republicano procesado por su intervención en la Sublevación de Jaca. Esto la convirtió en la primera abogada del mundo en actuar ante un tribunal militar; además, logró la libertad de su defendido.
Etapa en el Congreso y exilio
Su prestigio llevó a que ese mismo año fuese elegida miembro de la Real Academia de Jurisprudencia y Legislación y a que, en abril, el Gobierno provisional de la recién nacida Segunda República, presidido por Alcalá-Zamora, la nombrase Directora General de Prisiones. Kent llevaba tiempo afiliada al Partido Republicano Radical Socialista (PRRS) y salió elegida diputada en las primeras Cortes republicanas, aunque siempre compaginó su dedicación política con su bufete de Derecho Laboral en la madrileña calle del Marqués de Riscal, 5, y su asesoría a las cooperativas obreras o al Sindicato Nacional Ferroviario.
Desde su cargo, mejoró y reformó el sistema penitenciario español; como diputada, protagonizó el famoso debate con Clara Campoamor en torno al voto femenino, al cual se opuso –a pesar de su feminismo– por razones de oportunidad política. Perdió el debate, se aprobó el sufragio de las mujeres y la propia Victoria perdió su condición de diputada: no resultó elegida en 1933, aunque volvería a serlo en 1936 en las listas de Izquierda Republicana (IR), que formaba parte del Frente Popular.
Pero en julio llegaron el golpe militar, el estallido de la Guerra Civil y, para Kent como para otros tantos republicanos, el exilio: primero en París, donde al principio se hizo cargo de miles de niños refugiados y luego tuvo que esconderse de los nazis y de Franco, ayudada por Cruz Roja (su novela autobiográfica Cuatro años en París refleja este período); y luego en México como profesora universitaria de Derecho. Desde 1950 hasta su muerte en 1987 se encontraría en Nueva York, donde trabajó para la ONU y mantuvo una larga relación sentimental con la filántropa americana Louise Crane. No obstante, Victoria Kent tuvo ocasión de volver fugazmente a su patria al acabar el franquismo: regresó a España el 11 de octubre de 1977 y fue homenajeada con cariño y admiración por sus seguidores y amigos tras tantos años lejos del hogar.
“No se olvida nunca cuando un hombre o unos hombres en desgracia nos han llamado madre”
«Eso, doctor Castelli. ¿Leyó, doctor Castelli, El Cantar del Mío Cid? Castelli, que mira a Alzaga, de pie detrás de la larga mesa, el cuerpo flaco y como de granito, y en la mesa, la jarra de vino y el vino que no tomó, los sables, las empanadas que chorrean grasa, los papeles sucios en los que un amanuense transcribe mandatos, imprecaciones y sentencias, dice: Leo un libro interminable: El Quijote.
¿Ese manual que enseña cómo perder el tiempo de la manera más estúpida posible?, pregunta Alzaga, y la grieta opaca que se abre en su cara inescrutable y empecinada es como una sonrisa.
Lea, Doctor Castelli, El Cantar del Mío Cid: Los españoles son buenos vasallos cuando tienen un buen señor. Y lo tendrán, doctor Castelli. Un señor de la vida y de la muerte. Avísele a sus amigos. Dígales que ellos y usted están empiojados. Que la ideología luterana de igualdad, libertad y fraternidad la inspira El Maligno… ¿De qué se ríe, doctor? ¿De que mencione al Maligno? ¿De que Alzaga se parezca a esas viejas brujas a las que no se les va El Maligno de la boca? Los buenos vasallos entenderán a su Señor cuando les hable de El Maligno.
Castelli, a caballo, tiene frío. Envuelve sus manos en el cuero de las riendas, y afianza la puntera de las botas en los estribos. Se le enfrían los dientes. Tengo frío en los ojos, dice su lengua cortada, inmóvil en la boca nauseabunda.
¿Qué es eso que se vacía, erguido sobre la montura de un caballo? ¿Qué es eso que, erguido sobre la montura de un caballo, se enfría bajo la luz plomiza de un cielo de invierno? ¿Qué es eso que, erguido sobre la montura de un caballo, extravía su nombre en un espacio frío y vacío? ¿De quién son esos ojos que se vacían, en una cara que se vacía? ¿Qué es ese bulto oscuro, que se vacía, y en el vacío extravía su nombre, y que se deja llevar, pegado a la montura de un caballo, a través de una luz fría y vacía? ¿Qué monólogo del bulto oscuro que se deja llevar, pegado a la montura de un caballo, se diluye en la luz fría y vacía? La luz se fragmenta. O es otra. Algo en el cuerpo erguido sobre la montura de un caballo, pronuncia, como otras veces que la luz se fragmentó o fue otra, el nombre de Castelli. Es el único nombre que conoce eso que habla, con una voz neutra, entre los dispersos fragmentos de la luz. Un nombre, apenas, dice eso que retorna del frío y el vacío. Me conozco por ese nombre ocasional. Cuando vuelvo del vacío, cuando recupero la palabra, ese nombre ocasional habla por mí. ¿Habla del estudiante que no termina de leer El Quijote, que se hizo traducir a Marat, y que se acostó, en una inadmisible noche altoperuana y en una tarde de Carnaval, con una dama más atenta a las eyaculaciones de un abogadito de corazón todavía docilísimo que a sus frenéticos sermones? ¿Habla del hombre menos previsible que el abogadito eyaculatorio, que mira en los gritos de afrancesado jacobino, escupidos por la beatería patriótica, lo que no fue? ¿Habla de la muerte tan vieja como la injusticia? ¿De su muerte, que no eligió, y que pacto alguno ha de diferir? ¿Todo eso es Castelli?
Àlzaga es madera dura y se hará entender. Créame: cuando un palo duro cae sobre el lomo de la gente, la gente come mierda y besa la mano que maneja el palo. El Maligno existe y sopla vientos de peste. Los sopla en París, en España, en Europa. Y los sopla aquí, en estas tierras, para probar el temple de los soldados de Dios. Avise a sus amigos que el vino de los soldados de Dios es de buena cepa. Que no lo rechacen. Que se lo tomen. Que se lo tomen y llegarán a viejos.
Soy joven, dice Castelli, que nunca tuvo tanto frío como en esa infundada noche de julio. La familia de mi padre nació en Venecia, una ciudad en cuyos mercados se vende la alegría de vivir, la luz mediterránea que consoló al penoso Ulises, y los tallarines que Marco Polo trajo de la China. Buenos Aires tiene más locos de los que necesita, dice Alzaga, los ojos como piedras lavadas por la sal y la niebla del mar. Dígale eso a sus amigos.
Cuando un hombre, que es joven y que se cree inmortal, siente que todo se derrumba –el porvenir vaticinado en los pactos con el Diablo, los sueños de inasible belleza, la utopía que se doraba como un pan en la inimaginada fragilidad de la conspiración–, busca a una mujer. Cuando todo se derrumba, la mujer queda, resiste: Nadie sabrá decir, nunca, por qué.
En la noche del 5 de julio de 1807, si la hubo; Belén le quitó, a Castelli, botas y capa mojadas por la lluvia de esa noche u otra, y las ropas humedecidas por la lluvia de esa noche u otra, y desnudo, lo bañó en un tacho de latón, en la cocina de la casa de Irene Orellano Stark.»