Escritora, redactora y editora del lado infra literario opuesto a la revistilla del montón* – palabras de René Wellek y Austin Warren en su obra " Sobre la Teoría Literaria". Editora en el sitio Masticadores Sur
– confundir los nombres de los hijos. – preguntar qué es un youtuber. – dejarse la barba como Novaresio. – preguntar qué onda el Viagra. – decir «fiesta negra» en lugar de partuza». – escribir mensajes telefónicos con todos los signos de puntuación – usar lentes de sol sobre los lentes de aumento. – desconocer el 80% de los artistas que participan en el Lollapalooza. – levantarse con dolor de espalda. – tener pelos en la nariz pero, del lado de afuera. – usar bronceador Sapolán en verano. – dormir con medias. – dormir con una bolsa agua caliente en los pies. – dormir con pijama manga larga. – dormir con un pañuelo bajo la almohada. – solo pensar en dormir.
Desde Inglaterra al mundo, esta banda cambió para siempre la escena del rock, con su mixtura única de diversos estilos y principalmente por el talento descomunal, pocas veces visto, de Freddie Mercury. Claro que a partir de la película estrenada hace pocos años, el público se sumergió en el gen de la llegada del cantante. “Yo pensé en el nombre «Queen». Es un nombre fuerte, muy universal e inmediato. Visualmente tenía mucho potencial y estaba abierto a toda clase de interpretaciones. Yo era consciente de las connotaciones gay, pero era tan solo una de sus facetas”, admitió Freddie cuando le preguntaron por el nombre de la banda.
El Riff de la canción de Queen, «Stone Cold Crazy», perteneciente a su tercertrabajo «Sheer Heart Attack» de 1974, está considerado el primer riff que daría origen al thrashmetal.
«Durmiendo muy profundamente Sleeping very soundly
Un sábado por la mañana On a Saturday morning
Estaba soñando que era Al Capone I was dreaming I was Al Capone
Hay un rumor circulando There’s a rumor going round
Tengo que salir de la ciudad Gotta clear outta town
Estoy oliendo a hueso de pescado seco I’m smelling like a dry-fish bone Aquí viene la ley Here come the Law
Voy a romper la puerta Gonna break down the door
Voy a llevarme lejos una vez más Gonna carry me away once more
Nunca nunca Never, I never
Nunca más lo quiero I never want it any more
Tengo que alejarme de este piso frío como la piedra Gotta get away from this stone-cold floor Loco Crazy
Frío como la piedra, sabes Stone-cold crazy, you know Tarde lluviosa Rainy afternoon
Tengo que volar un tifón I gotta blow a typhoon
Y estoy jugando en mi trombón de diapositivas And I’m playing on my slide trombone
Más, ya Anymore, anymore
No puedo soportarlo más Cannot take it anymore
Tengo que alejarme de este piso frío como la piedra Gotta get away from this stone-cold floor Loco Crazy
Frío como la piedra, sabes Stone-cold crazy, you know Golpéalos Hit ‘em up Caminando por la calle Walking down the street
Disparando a las personas que conozco Shooting people that I meet
Con mi pistola de agua Tommy de goma With my rubber Tommy water gun
Aquí viene el diputado Here come the deputy
Él va a venir a buscarme He’s gonna come and get a me
Tengo que levantarme y correr I gotta get me get up and run Ellos soltaron las sirenas They got the sirens loose
Se me acabó el jugo I ran right out of juice
Me van a meter en una celda They’re gonna put me in a cell
Si no puedo ir al cielo If I can’t go to heaven
¿Me dejarán ir al infierno? Will they let me go to hell? Loco Crazy
Frío como la piedra, sabes Stone-cold crazy, you know.»
Compositores: Brian May / Freddie Mercury / John Deacon / Roger Taylor
Freddie Mercury fue rebelión.
La enorme enemistad con Sid Vicious Freddie Mercury no era famoso por pelearse con otros artistas, pero hizo una excepción con el bajista de los Sex Pistols, Sid Vicious. Era 1977, y Queen y los Sex Pistols, las grandes bandas en alza del punk rock, estaban bajo un mismo techo en los estudios de sonido Wessex en el norte de Londres. Queen estaba trabajando en News of the World, mientras que los Pistols estaban trabajando en Never Mind the Bollocks, Here’s the Sex Pistols.
Según una vieja entrevista con Brian May, Vicious hizo el primer comentario. —»Usted es Freddie Mercury, ¿verdad? Estás acercando el ballet a las masas «, (se burló, según May). El cantante respondió con un pequeño y cortante golpe propio: —»Lo llamé Simon Ferocious» o algo así, y no le gustó nada», dijo el cantante en una entrevista de la década de los 80. «Y le dije: ‘niña feroz y furiosa’: ¿Qué vas a hacer al respecto?».
Fanáticos de Eduardo Galeano, afirman que una persona avanza un paso y el levantamiento de la cuarentena se aleja un paso. «Porque la cuarentena sirve para caminar dentro de tu casa»
Cientos de groupies del fallecido escritor oriental, oficina en las redes sociales y sus experiencias de cuarentena, apura lectura de sus obras.
«Aunque tengo las venas bien abiertas de estar en casa, sé que aislándome, le estoy haciendo un bien a la humanidad»
El anarquismo y el espíritu Punk se conservan Gracias a los mayores de 70 años que se niegan a respetar el encierro, desafiando a las autoridades del gobierno.
Crece el temor a que haya una Revolución encabezada por gerontes.
Reforzarán vigilancia en geriátricos, canchas de bocha, filas de bancos, y comités radicales, para evitar la aparición de nuevos focos de rebeldía.
«Desde la aparición de los Sex Pistols, que no se veía algo así.» Declaró Horacio Larreta, asustado como lechón adentro de un Fitito en contramano.
Capusotto– Poca gente, Maestro, sabe que usted es el autor de la letra del Bombón Asesino.
Borges– Si, de la letra de la música
Capusotto– ¿Y cómo fue entonces, que compone el Bombón Asesino?
Borges– Fue con Adolfo Bioy Casares, en Tropitango; Constitución… En esa época conservaba algo de vista, y no podía dejar de mirar una muchacha nativa…Entonces la invité a bailar, la criollita accedió de buen gusto. Y en el fragor de la cumbia y su contrarios movimientos, encontré unas cuantas ocasiones perro Salva solamente atrás; entonces se sonrió, (como respondiendome frotarla), y desde tanto frote yo le contesté: «no le pidela a un niño que no quiere comerse este bombón», y ella me contestó: «tenga cuidado qué es un bombón asesino.»
– Y yo llegué de vuelta a la mesa, tomé mi libreta y súbita inspiración, anoté: Es que ella tiene un Bombón Asesino/1Ese es un Bombón bien latino/…
Capusotto– Y Bioy Casares, ¿qué es lo que le dice?
Borges– No, no, al principio se reía mucho de lo que yo escribía, Y yo le dije, «vos, vos Adolfo, reíte, que yo con esta canción voy a ganar más guita que la mierda». Entonces, me ayudó con algunas rimas, como la parte de: «Es un Bombón suculento/ Con ese Bombón casamiento.
La neurosis de esta generación a la que pertenezco, que no ataca únicamente a los individuos débiles e inferiores, sino por el contrario, a los más fuertes, a los más espirituales, a los más capaces. Individuos que no tratan de sobreponerse a la enfermedad de la época evitandola y embelleciéndola, sino haciendo de la enfermedad el objeto mismo de la representación.
Son, nuestras vivencias literalmente, un paseo por el infierno, una caminata temerosa y valiente a la vez, que atraviesa el caos del mundo de un alma oscurecida, llevada a cabo con la voluntad de atravesar el infierno de desafiar el caos, de soportar lo malo hasta el final.
Reflexionando acerca de la supuestas crueldades de la Edad Media:
-En realidad, esas crueldades no eran tales. Un hombre de la Edad Media despreciaria nuestra vida actual como algo mucho peor que cruel, terrible y bárbara. Cada época, cada cultura, cada costumbre y tradición, tienen su estilo, sus ternuras y sus dulzuras corres- pondientes, sus bellezas y sus horrores: convenciones que dan por sentados ciertos dolores, soportando con paciencia ciertos males.
La vida humana se convierte en un verdadero sufrimiento, en un auténtico infierno, sólo allí donde se superponen dos épocas dos culturas y religiones. Un hombre de la antigüedad que hubiera tenido que vivir en la Edad media, no lo hubiera soportado. Somos la Enciclopedia de una generación, que aunque perdida y decepcionada, pertenece a aquellos que quedamos atrapados entre dos épocas, que perdimos todo abrigo e Inocencia, aquellos cuyo destino es experimentar de manera potenciada y como una tortura personal, con todo lo que hay de inseguro en la vida humana.
Lo que llamamos “cotidianeidad” abarca espacios y circunstancias humanas complejas, se entiende de manera diferente según las culturas y recoge un amplio campo de fenómenos ligados a etapas históricas, interacciones, prácticas y textos dispares. Sin embargo, la cotidianeidad se define privilegiadamente en el marco de los mecanismos –prácticas y discursos– que le dan continuidad, ya que la “repetición” es una de sus marcas fundamentales. Particularmente, desde la teoría crítica (Adorno, Marcuse, Lefebvre) se ha enfatizado en el carácter alienado, pasivo y manipulado de la vida cotidiana y su entrega acrítica a la influencia de las ideologías de turno o a los medios masivos de comunicación. Sin embargo, no es este el aspecto el que interesa si vamos a pensar la relación entre *humor y vida cotidiana, sino los fenómenos discursivos que la definen, tanto los que generan aceptabilidades sociales, como aquellos que funcionan como marcas diferenciadoras. Por lo tanto y más contemporáneamente, en consonancia con nuevos estudios sobre la cultura, se ha comenzado a pensar las formas en que los sujetos pueden resistir la manipulación elaborando prácticas y discursos que constituyen modos propios de transgredir las imposiciones de la cultura dominante.
De Certeau (1997) afirma por ejemplo, que el mundo de la vida cotidiana es un mundo donde priman los sentimientos comunes y el sentido común. Un mundo a la defensiva que define espacios y lenguajes. La defensa es, según De Certeau, una “guerra de guerrillas” que se libra en el territorio semiótico –lenguajes de la cultura: códigos, gramáticas y estrategias que resisten lo dominante-. Creemos que es justamente en esta guerra de guerrillas en las que el humor tiene mucho que decir. Sus códigos ponen barreras, pero también tienden lazos y puentes, fronteras que separan y a la vez vinculan las esferas de una cultura. Así el humor que circula en formas genéricas del decir cotidiano no es ajeno a la ciencia, la religión, el arte, la política. Más bien, lo que sucede es que se opera un sistema de “conversiones”, de apropiaciones o lecturas varias de textos que proceden de otras zonas del sistema cultural.
El mundo de la vida cotidiana deja leer en fragmentos todo aquello que sucede, trazando “líneas de errancia” como las llama De Certeau, que atraviesan terrenos diferentes. La experiencia cultural urbana en las formas de la cotidianeidad se constituye en la casa y el trabajo, en la escuela, hospitales, y diversos espacios de la ciudad.
Entendemos por vida cotidiana , lo que Agnes Heller (1991) define de manera general como “la vida de los sujetos organizada en torno de la particularidad”, o como señala Parret (1999) “el acoplamiento de repetición y actividad que se realizan etimológicamente en el sentido de quotidie” (lo diurno). El aspecto “particular” solo puede ser observado, si hacemos un corte sincrónico y acotado que, a los fines de la investigación puede dar cuenta de aquello que en las culturas está en constante dinamismo, “todo lo que habla, enuncia, pasa, roza, encuentra”, como diría Michel De Certeau.
La vida cotidiana se sostiene sobre determinaciones sociales específicas: la división del trabajo, las condiciones impuestas por la clase, la edad o el sexo, la estructura de la producción y distribución de bienes, los avances científicos y el desarrollo del arte, las formas de comunicación social desde las más elementales de la oralidad a la complejidad de los sistemas mediáticos, los hipermediáticos, los principios morales (la moral sexual, la moral del trabajo, la moral de los negocios, como los distingue Heller), la praxis política, las formas de diversión y entretenimiento, la articulación entre lo público y lo privado, etc. Esto muestra que no es posible leer la cotidianeidad fuera de su inscripción en circunstancias históricas, a la vez que sí es posible leer en la cotidianeidad aspectos propios de una determinada sociedad, y particularmente buscar el modo en que esta sociedad se objetiva en sus lenguajes. Qué lugares comunes y doxásticos, circulan como formas de la risa cotidiana y de qué modo ellas constituyen un principio cognitivo e ideológico fundamental.
Sabemos que no hay hombre sin risa ni culturas sin humor, por lo tanto tampoco hay vida cotidiana sin *chistes, chanzas, bromas, pullas, sobrenombres ridiculizantes, relatos desopilantes, etc. Es decir, el humor impregna toda forma de cotidianeidad, sosteniéndose sobre una estructura particular que forma e informa, en un movimiento de vaivén, el imaginario de una época y los modos en que se desarrolla la cotidianeidad.